El Papa Benedicto XVI anunció que irá a México en el 2009, cuya capital será la sede del VI Encuentro Mundial de las Familias, y envió un saludo especial a la «noble nación mexicana».
Durante el mensaje que pronunció antes de impartir la bendición del Angelus, en la explanada del complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, el pontífice confirmó así la importancia de este país para la Iglesia Católica.
«Ahora tengo el gozo de anunciar que el próximo Encuentro Mundial de las Familias se celebrará en el año 2009 en la Ciudad de México», señaló ante más de un millón de personas.
«A la amada Iglesia que peregrina en la noble nación mexicana y a la persona del señor cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo de la ciudad, expreso ya desde ahora mi gratitud por su disponibilidad», continuó.
La noticia fue una sorpresa para los asistentes, sobre todo para los peregrinos que viajaron desde México para estar presentes este día, que no escondieron su emoción y alegría por el anuncio papal.
Después de celebrar la misa, Benedicto XVI encabezó su último acto masivo en la corta gira (de tan sólo 26 horas) que llevó a cabo este sábado y domingo en la ciudad de Valencia, este de España.
En el mensaje se dirigió a la Virgen María, «como tantas familias que la invocan en la intimidad de su casa, para que las asista con su solicitud materna».
«Con la intervención de María, abrid vuestros hogares y vuestros corazones a Cristo para que él sea vuestra fuerza y vuestro gozo, os ayude a vivir unidos y a proclamar al mundo la fuerza invencible del verdadero amor», exhortó.
Agradeció a todos aquellos que hicieron posible el desarrollo del V Encuentro. «De modo particular deseo reconocer el trabajo sacrificado y eficaz de los numerosos voluntarios de tantas nacionalidades por su abnegada colaboración en todos los actos», dijo.
Ofreció su reconocimiento también a los fieles y comunidades religiosas, sobre todo las de clausura, que con su oración perseverante han acompañado todas las celebraciones.
El Papa dirigió a la multitud diversos mensajes en francés, inglés, alemán, italiano, portugués, polaco e italiano; a todos les pidió defender a la familia, confiándose siempre a la intercesión de la Virgen María, y los invitó a darse nueva cita en México.
«Abrazo de corazón a todas las familias aquí presentes y a las que se han unido a esta celebración a través de la radio, la televisión u otros medios. Encomiendo a todas a la Sagrada Familia de Nazaret para que las proteja», dijo en español, antes de despedirse definitivamente del lugar.
Los encuentros mundiales de las familias, que con esta alcanzaron su quinta edición, fueron establecidos por Juan Pablo II en la conclusión del Año Internacional de las Familias, convocado por él mismo en 1993.
El primero se llevó a cabo en Roma (Italia) en 1994, la segunda en Río de Janeiro (Brasil) en 1997, la tercera en Roma en el 2000 por el jubileo de las familias y la última en Manila (Filipinas) en 2003. México espera la sexta edición.
Se trata de un punto de convergencia, para compartir experiencias y propuestas, de todos los grupos católicos que trabajan a favor de la institución familiar. Los encuentros se llevan a cabo cada tres años sobre un tema específico y prevén un congreso teológico pastoral.
El lugar, la fecha y el tema de este encuentro en Valencia: «La transmisión de la fe en la familia», fueron elegidos por Juan Pablo II en 2003 cuando se llevó a cabo la anterior edición en Manila (Filipinas), aunque él mismo no pudo asistir por su precario estado de salud.
Benedicto XVI confirmó, al inicio de su pontificado, las decisiones de su predecesor y mantuvo a España dentro de su itinerario para esta visita.
El organismo del Vaticano que se encarga de los encuentros es el Pontificio Consejo para la Familia, instituido por Juan Pablo II en 1981, sustituyó al Comité para la Familia, creado por Pablo VI en 1973.
Al consejo corresponde la promoción de la pastoral y del apostolado en campo familiar, mediante la aplicación de las enseñanzas y orientaciones del Magisterio eclesiástico para ayudar a las familias cristianas a cumplir su misión educativa y apostólica.
Desde hace tiempo en el entorno Vaticano se especulaba sobre la posibilidad de que Benedicto XVI visite México; pocas semanas atrás se había manejado la posibilidad de que lo hiciera tras el anunciado viaje que hará a Brasil en mayo de 2007.
Con este anuncio se confirma la presencia del Papa en México ya que es una tradición en la historia de los encuentros mundiales de las familias que el pontífice asista personalmente a la clausura de sus trabajos.