Durante siglos, la coca fue considerada como una planta milagrosa dotada de virtudes extraordinarias. Hasta que los occidentales extrajeron de la planta la cocaína. La panacea se transformó en un arma fatal.
La hoja de coca es usada desde hace aproximadamente 6000 años por los pueblos indoandinos, un mate o te de hoja de coca evita el apunamiento (mal de la altura), es imprescindible para pueblos que viven y trabajan a gran altura, por la falta de oxigeno y la capacidad de la hoja de coca de oxigenar la sangre, también para determinados síntomas de afecciones intestinales, en alcohol se usa como anestésico tópico.
Según una profecía andina: la hoja de coca representa para los indígenas la fuerza, la vida, es un alimento espiritual que les permite entrar en contacto con sus divinidades «Apus, Achachilas, Tata Inti, Mama Quilla, Pachamama». Mientras que para sus enemigos, la coca es una causa de locura y de dependencia…»
Es extraño y sintomático el problema planteado con hoja de coca”, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (Jife), organismo de la Organización de las Naciones Unidas, pidió a Bolivia y Perú prohibir el acullicu y la industrialización de la coca.” (http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cod=32103)
La inocuidad y los beneficios para la salud humana del uso tradicional de las hojas de coca han sido comprobados con gran rigor científico por el mayor estudio mundial sobre la cocaína realizado hasta la fecha, elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en colaboración con el Instituto Interregional de las Naciones Unidas para Investigaciones sobre la Delincuencia y la Justicia (UNICRI por sus siglas en inglés) que se desarrolló entre los años 1991 a 1995. El Proyecto Cocaína OMS/UNICRI (3) recogió información de 22 ciudades en 19 países desarrollados y en desarrollo de 5 continentes sobre el uso de la hoja de coca y sus productos derivados, sobre sus efectos en los usuarios y las comunidades y sobre la respuesta de los gobiernos ante el problema de la cocaína. Los 45 investigadores internacionales (incluyendo profesores de 5 Universidades de EUA) que trabajaron en el Proyecto produjeron:
• Perfiles de 19 países en materia de cocaína;
• Estudios de informantes clave, desde usuarios hasta personas con amplios conocimientos sobre el tema;
• El Estudio de Historia Natural en 4 lugares de Sudamérica y África.
El Proyecto Cocaína OMS/UNICRI destacó que el uso tradicional de la coca no parece tener efectos negativos para la salud y tiene funciones terapéuticas, sagradas y sociales positivas entre los pueblos indígenas de la región andina, así como entre algunos grupos de Brasil. Y que el cultivo de coca representa la base de la economía de subsistencia de muchas comunidades campesinas en Bolivia y Perú. El consumo de la hoja de coca forma parte integral de la tradición cultural andina y de su cosmovisión. Siendo sus principales usos los siguientes:
• energizante: da mayor energía para trabajar o para luchar contra la fatiga y el frío: aunque reduce la sensación de hambre, la hoja de coca no se considera un alimento;
• medicinal: en infusiones, jarabes y emplastos para diagnosticar y tratar una serie de enfermedades socioculturales que se atribuyen a causas sobrenaturales y que expresan conflictos interpersonales o conflictos en el seno de las estructuras sociales;
• sagrado: para comunicarse con el mundo sobrenatural y conseguir su protección, sobre todo con ofrendas a Pachamama, personificación y espiritualización de la tierra;
• social: para mantener la cohesión social y la cooperación entre los miembros de la comunidad, se usa en todas las ceremonias comunitarias, intercambios de trabajo recíproco y relaciones de sociabilidad.
El Proyecto OMS/UNICRI describe el método tradicional de consumo de la hoja de coca, llamado acullicu, que consiste en mantener en la boca una bola de hojas de coca humedecida con saliva junto con una sustancia alcalina que ayuda a extraer los alcaloides de las hojas. La bola se prepara durante un reposo de 10 a 20 minutos y después se succiona durante 2 o 3 horas, [al cabo de las cuales se expulsan de la boca las hojas enteras, no masticadas]*. Durante el trabajo, el acullicu estructura los períodos de actividad y descanso. En un día normal, se usan 3 bolas, equivalente a 25 gramos de hoja de coca. Si hay que trabajar más tiempo o el trabajo es más duro de lo habitual, se usan más hojas.
El 14 de marzo de 1995, la OMS anunció a la prensa internacional la publicación del Proyecto Cocaína OMS/UNICRI (5). Pocos días después, el 9 de mayo de1995, en la Comisión B de la 48ª Asamblea General de la Salud, reunida en Ginebra, el representante de Estados Unidos
“expresó su sorpresa al notar que el informe sobre el Estudio Global de la Cocaína, realizado conjuntamente por la OMS y UNICRI, parecía un fuerte alegato a favor de los usos positivos de la cocaína al argumentar que el uso de la hoja de coca no producía daños perceptibles en la salud física o mental, que los efectos positivos de la masticación de la hoja de coca podrían transferirse desde sus entornos tradicionales a otros países y culturas, y que la producción de coca era financieramente beneficiosa para los campesinos.”
Añadió que su gobierno suspendería los aportes financieros si la OMS no se disociaba de las conclusiones del estudio y si adoptaba una posición que justificara la producción de coca. En respuesta, el Secretariado de la OMS dijo que el estudio era un análisis importante y objetivo de datos recolectados en muchos países y que había sido realizado por expertos internacionales cuyas conclusiones no reflejaban la posición de la OMS.
El representante de EUA replicó que el estudio no era importante ni objetivo y que debería ser revisado por científicos genuinos (peer review) de acuerdo con las estrictas reglas de la misma OMS, lo cual fue aceptado por la OMS (6). Pero el estudio global de la cocaína no ha sido revisado ni publicado hasta hoy. (http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2006011929)
Es interesante constatar que otros estudios, como la investigación realizada por 3 científicos de la Universidad de Harvard en 1975 encuentra conclusiones sorprendentes sobre la capacidad de asimilación de la hoja de coca por el cuerpo humano. Incluso lanzan propuestas de la cantidad que debiéramos consumir para mejorar nuestra calidad de vida.
Después de estar presente por más de seis mil años en la historia del hombre peruano, la hoja. de coca no necesita presentación ni comprobación científica de sus bondades. No estamos hablando de un producto desconocido ni traído de la cochinchina. Por el contrario, la hoja de coca permitió al hombre andino conquistar los espacios elevados de nuestros andes. ( http://www.quechuanetwork.org/news_template.cfm?news_id=4206&lang=)
Para convertirse en la peligrosa droga que todos conocemos, necesita una transformación de nivel industrial y de laboratorio, que por supuesto trajo a estas tierras el occidental blanco, venido del norte.
Ahora atacando un estilo de vida, una forma de consumo de una hoja sagrada, componente de la cultura indoamericana, se le exige parar el acullicu, una práctica antiquísima. Que paren ellos los procesos de contaminación, de acumulación y explotación; que paren ellos las guerras y las invasiones de otros países; y si quieren que paren la transformación de coca en cocaína, pero no tienen ningún derecho de imponerle a un pueblo que desista de sus costumbres ancestrales.
El neoliberalismo, que propone el final de la historia, la caída de la religión y de las ideologías, con su creación el postmodernismo, pretende hoy que los incas ancestrales dejen de plantar y consumir su hoja de la vida, porque ellos la transforman en polvo de muert. El problema no es la coca, el problema es el sistema que mata y degrada todo lo que toca.
Porque el uso ancestral de la hoja de coca forma parte de la relación afectiva y cultural de un pueblo antiguo con la naturaleza, pero la acumulación que engendró la refinación y el veneno que es la cocaína forma parte de un sistema que no es el de la naciones indias, sino del colonialismo capitalista, que degrada la relación del hombre con la naturaleza.