El acceso a recursos y oportunidades entre los géneros se refiere a que mujeres y hombres puedan contar con los recursos necesarios para su trabajo y el control que ejercen sobre ellos para poder usarlos de acuerdo a sus necesidades prácticas y estratégicas. Los recursos pueden ser naturales (agua, tierra, bosque), económicos o productivos (crédito, herramientas, ingresos y tecnología), políticos (organizaciones, capacidad de liderazgo), sociales (educación, salud, información), tiempo y espacio (geográfico e histórico).
El acceso a los recursos naturales y a los servicios de apoyo a la agricultura, así como el control sobre ellos y su gestión, se refiere principalmente a la preservación de la diversidad biológica, a los recursos fitogenéticos y zoogenéticos reconocidos como fundamentales para lograr la seguridad alimentaria, principalmente en las zonas rurales.
Las mujeres en países en desarrollo, como México, poseen menos posibilidades de elección en lo que se refiere a las ramas profesionales y a los sectores de la economía, a comparación de los hombres.
Tienen un menor acceso a créditos y a otras fuentes productivas y, debido a su responsabilidad adicional en el cuidado de las y los hijos y en el trabajo doméstico, tienen menos tiempo y menos posibilidades de cosechar experiencias y adquirir conocimientos.
El acceso a los recursos económicos y productivos se refiere al acceso a los bienes económicos (la propiedad o la infraestructura) y a los recursos económicos (el ingreso y el empleo). Además del acceso a los recursos a créditos, tecnologías, a los mercados y control de los mismos.
Los recursos sociales contemplan, principalmente, el acceso a la formación y especialización profesional, a la salud y a la información.
Por su parte, el acceso a los recursos políticos consiste en el acceso a los puestos de decisión y de mando y, con ello, mayor poder político para las mujeres. De igual forma en el acceso a las instituciones, organizaciones, grupos y redes de interés y al control de los mismos. El acceso a los recursos naturales, económicos, políticos, sociales, de tiempo y espacio determina el acceso a las oportunidades de desarrollo.
A pesar de que las leyes garantizan, o pretenden garantizar, la igualdad de género, la realidad social y cotidiana es muy diferente.
Pues el hecho de nacer mujer u hombre aún determina y condiciona el acceso a los recursos necesarios para el desarrollo pleno y satisfactorio de las mujeres y por ende, el acceso a las oportunidades.
Asumir roles diferenciados socialmente predispone las formas de vida de las mujeres y hombres en función de disparidades de género de origen ideológico y cultural, estos factores propician la desigualdad de género en el acceso a recursos y oportunidades.