El Tribunal Constitucional (TC) avala la decisión de la Iglesia católica española de no renovar el contrato a un profesor de religión al que retiró la idoneidad para dar clase cuando hizo público en un medio de comunicación que estaba casado y tenía cinco hijos.
El demandante fue sacerdote en su juventud y reconoció su pertenencia al movimiento procelibato opcional. Perdió su trabajo tras cinco años impartiendo clases.
El demandante recurrió en amparo ante el TC por considerar que se habían violado sus derechos fundamentales al sufrir una discriminación, pero ahora el Constitucional avala la decisión de la Iglesia, ya que considera que no hubo discriminación porque impartió la materia durante cinco cursos y sostiene que la jerarquía eclesiástica es la que determina el perfil que deben tener los profesores de religión.
Sin embargo, dos de los magistrados de la Sala Segunda del TC han emitido un voto particular para señalar que el poder de la Iglesia en este asunto no puede ser ilimitado.
