El clima preelectoral marca la plenaria de los obispos que comienza hoy

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La razón

Bl?¡zquez1.jpg«Los obispos no hacen campaña». ?sta era la máxima que regía las elecciones dentro de la Conferencia Episcopal. Hasta ahora. Porque la asamblea plenaria que hoy comienza ha estado precedida de todo un clima preelectoral más propio de la vida política que de las sensibilidades episcopales.Una campaña que parece tener como objetivo la reelección del obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, como presidente del episcopado.

Y es que, a pesar de que la reunión tiene un orden del día bastante anodino, es la ultima oportunidad en que todos los obispos estarán reunidos antes de que en marzo voten a su nuevo presidente. Casi desde el mismo momento de su elección, los que ahora apuestan por la reedición de un mandato de Blázquez se han encargado de augurarle un relevante ascenso episcopal, que «supondría un espaldarazo de Roma a su política al frente de la Conferencia». Le han situado como arzobispo de Zaragoza, Valencia, Pamplona y Castrense, e incluso han ideado para él un arzobispado «ad personam», un tanto insólito dadas todas las oportunidades que el Vaticano ha tenido para situarlo al frente de una diócesis importante.

Oportunidades ha habido, pero Blázquez, desde Bilbao, ha podido comprobar que los «espaldarazos» de Roma han ido en otras direcciones. Así, el arzobispo Cañizares, elegido entonces vicepresidente, es ahora cardenal.

Igual ocurre con el arzobispo de Barcelona, Martínez Sistach, miembro del Ejecutivo, o el de Valencia, García-Gasco, que forma parte de la Permanente. De igual forma, el secretario de la Conferencia, Martínez Camino, es, desde el sábado, obispo. Y Blázquez sigue de obispo de Bilbao. La debilidad de este futurible argumento ha llevado a los mentores de Blázquez a adjudicarle los supuestos éxitos de esta legislatura.

En el primero de ellos, el verdadero logro de la Conferencia en estos tres años, su papel fue más que secundario. Se trata del histórico acuerdo de financiación, que cierra una situación de provisionalidad que ni Díaz Merchán, Suquía, Yanes ni Rouco supieron rematar. Un pacto que fue denominado con justicia «el acuerdo de los segundos» porque se gestó en las relaciones personales entre la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y el vicepresidente de los obispos, Antonio Cañizares. Hasta tal punto fue una negociación directa que, como reveló De la Vega, el acuerdo se cerró con una llamada suya a Cañizares, en medio de un Consejo de Ministros. Tal es así, que después de que la Vicepresidenta anunciara el acuerdo, la CEE se vio obligada a emitir una nota en la que «ni confirmaba ni desmentía» la información, ante la imposibilidad de localizar a Blázquez para certificarla. Al mismo tiempo, Cañizares intentaba, sin éxito, informar a su presidente del final de la negociación.

Y es que Blázquez es el único obispo de España que no tiene teléfono móvil. Otro de los éxitos atribuidos a Blázquez, el de los profesores de Religión, no es más que una imposición del Gobierno, aceptada por el episcopado a regañadientes. El único progreso en este sentido ha venido desde el Tribunal Constitucional, que admite como motivo de despido que el modo de vida del profesor no se corresponda con los preceptos morales que explica. Pero los obispos han perdido la capacidad de proponer, cada año, a los docentes que consideran idóneos, por lo que los despidos que a partir ahora se produzcan acabarán en los tribunales.

Mientras, la LOE le ha negado el rango de Ley a la asignatura de Religión, relegándola a una disposición adicional. Además, a través de Educación para la Ciudadanía, se ha consagrado la posibilidad de que el Estado eduque moralmente a los ciudadanos. Por si fuera poco, sehan reducido en un tercio las horas dedicadas a la Religión en la ESO. Aparte de la cuestión educativa, la capacidad negociadora de Blázquez y sus contactos con el socialismo, a través del que fue su colaborador directo en la diócesis de Bilbao, Carlos García de Andoin, no han servido para frenar las políticas de familia del PSOE (matrimonio homosexual, divorcio exprés), ni tampoco la ley de investigación con embriones.

En este ambiente, hay quien pide que los obispos retrasen la votación de su presidente (prevista para la semana de 3 al 7 de marzo) para después de las elecciones generales. Un presupuesto calificado como bulo desde la misma Conferencia y que iría en contra de sus planteamientos, cuando, en relación con la fecha elegida para la beatificación en Roma de los mártires sostuvieron con firmeza que el calendario de la Iglesia nada tiene que ver con el político.