Elplural.com analiza los libros de Educación para la Ciudadanía
Un profesor mío decía que a los niños no se les debe imponer nuestros valores, sino enseñarles a que vivan sin nuestras mentiras. ¿Cómo vas a enseñarle a un niño qué debe pensar? ¿Por qué seguir persiguiendo a los que no piensas como nosotros? Es triste pensar que hay personas que viven cada día enfadadas con el mundo y cada día se levantan con el único afán de cabrear a los demás.
Después de haber analizado el libro de Educación para la Ciudadanía de la editorial SM se pueden sacar ya algunas conclusiones.
Efectivamente es una asignatura social, dirigida a la cohesión entre personas de muy distinta índole, pensamientos y valores. Todos somos diferentes y a la vez iguales en dignidad, derechos y oportunidades.
Libro de Santillana
Pero dejemos de editorializar. Cada cual habrá sacado sus propias conclusiones. Elplural.com no tiene esa intención. Sabe que da una visión de la realidad, no la realidad misma y no comete el error –a diferencia de muchos otros- de creerse en la posesión de la verdad. Para buscar más perspectivas de la asignatura, como diría Ortega y Gasset, veamos lo que dice el libro de EpC de la editorial Santillana –del satánico grupo Prisa-.
Herramienta
En la página presentación nos cuenta: ‘El libro que te presentamos es una herramienta para ayudarte en tu búsqueda personal y facilitar el diálogo y la colaboración con tus compañeros para aprender a trabajar en proyectos comunes, (…) respetar puntos de vista y resolver los problemas que surgen en la convivencia y el trabajo común’.
Sin manipulación
Lo que tienen las palabras escritas es que no se pueden manipular. Y si la incultura se cura leyendo, los prejuicios se acaban viajando. En una entrevista que vi un día a la hermana de Mariano Rajoy, dijo que en su casa hasta los años 80 pensar en un comunista era pensar en un demonio con cuernos de cabra, rabo y tridente. Era lo que les habían enseñado. No parece que el libro de Santillana proponga ideas tan extremas en su presentación.
Igualdad
El tema 5 del libro lo dedica exclusivamente a la igualdad entre hombres y mujeres. En España, hace 50 años esto hubiera sido impensable, la mujer era claramente inferior al hombre, como ocurre ahora en muchos lugares del mundo. Ver una mujer en pantalones era un escándalo y la gente la miraba y la señalaba por la calle. Exactamente igual que ahora se mira y se señala a dos homosexuales que se besan en la calle.
Tópicos
Se repiten los tópicos de ‘si yo respeto a todo el mundo pero que mi hijo no sea homosexual’, ‘si a mi me da igual, pero que no se puedan casar ni tener hijos’ o el ya mítico ‘yo no soy racista pero…’
¿Capítulo de homosexuales?
Pero mientras aún está muy lejano el día en que un libro de texto dedique un tema a los homosexuales –que lo merecen-, nos conformamos con una reivindicación igual de legítima como es la igualdad entre el hombre y la mujer.
Mundo musulmán
El capítulo trata un poco la historia de la mujer, sus luchas y reivindicaciones tras siglos de discriminación. De ejemplos negativos pone el recurrente modelo musulmán, de la mujer con el burka, aunque son muchos más los países que discriminan a la mujer. Con estos ejemplos nos quiere hacer ver que la nada en nuestras sociedades es irreversible. Ni los derechos, ni las libertades ni la democracia.
‘Mi visión personal’
En el libro de Santillana hay un apartado en todos los capítulos llamado ‘Construir mi visión personal’ que trata de hacer reflexionar sobre el tema de cada lección. Es decir, dotar de herramientas a los alumnos para que puedan pensar por sí mismos. En esta ocasión propone tres ejemplos para la reflexión: el de Artemisia Gentileschi, la primera mujer que consiguió ganarse la vida pintando en el siglo XV y Esther Yáñez González-Irún, la primera mujer de la historia que asumió el mando de un buque de guerra.
No imponer
Efectivamente estos ejemplos dan una visión parcial de la realidad, instan a que los niños piensen que efectivamente la mujer es igual al hombre, igual que todos los seres humanos son iguales sin importar su raza, religión u orientación sexual. Pero no se trata de imponer unos valores a los niños, se trata de mostrarles lo que hay en nuestra memoria colectiva, que como diría el subcomandante Marcos es como llamamos acá a la justicia.
(Ayúdenos a mejorar esta sección: sugerencias, críticas, dudas, debate… escribe a jmgarrido@elplural.com o agutierrez@elplural.com)