Ali Mohamed Ghedi, el primer ministro del gobierno de transición de Somalia, ha dimitido de su cargo.
Ghedi presentó su carta de renuncia al presidente somalí, Abdullahi Ahmed Yusuf, antes de revelar la noticia a los legisladores somalíes que le habían acusado anteriormente [a Ghedi] de presidir un gobierno fracasado.
El jefe de gobierno somalí acababa de regresar de la vecina Etiopía donde supuestamente había conseguido apoyo para permanecer en el poder después de haber recibido enormes presiones nacionales e internacionales a favor de su renuncia.
El acontecimiento se ha producido justo después de la ruptura de las relaciones entre Ghedi y el presidente Yusuf. Sus problemas se iniciaron por rivalidades entre los clanes Hawaye de Ghedi [la primera tribu del país] y el de Yusuf [la segunda].
La renuncia agudizará con toda probabilidad la oposición del clan de Hawiye al gobierno de transición gubernamental.
Desde la guerra civil que empezó en 1991, Somalia ha carecido de un gobierno estable. Pero el país se ha convertido en un terreno para insurgentes desde que las fuerzas apoyadas por las tropas etíopes expulsaron a la Unión de Tribunales Islámicos del poder en diciembre de 2006.
La insurgencia diaria –centrada principalmente en la capital, Mogadiscio – ha conducido a un estado de anarquía, provocando muertes de forma cotidiana.