Enviado a la página web de Redes Cristianas
“Sólo hay un medio de detener el mal, devolver bien por mal…”
Cuál es mi fe. León Tolstoi
Catorce años de lucha contra el terror, ¿qué salió mal? LLUÍS BASSETS
¿Qué se ha hecho mal en la lucha antiterrorista desde el 11-S? ¿Sabrá la Francia de Hollande aprender las lecciones de Estados Unidos?
“La acción militar no es suficiente para derrotar al Estado Islámico”
Michael Stephens, analista del Royal United Services Institute, propone alianzas con los rebeldes sirios e identificar mejor las causas de la radicalización en Europa
Enredos en la política común
FERNANDO REINARES
Urge adecuar los modos de intercambio de información entre los países de la UE
La hora de la verdad en Europa
AYAAN HIRSI ALI
Los Gobiernos deben hacer proselitismo en las comunidades musulmanas para difundir la superioridad de la democracia
En ‘ciberguerra’ contra el ISIS
MIGUEL ÁNGEL CRIADO
Empresas tecnológicas y ‘hacktivistas’ luchan contra la presencia de los yihadistas
PORTADA DE EL PAÍS. IDEAS.22.11.2015
El terrorismo no tiene justificación, por más que le demos vueltas y más vueltas, y tratemos de meter toda el agua de los océanos en un cubo. Puede encontrar explicación, pero nunca justificación. Y aun así, esa presunta explicación estará llena de puntos rebatibles. Cuando Occidente declara que está en guerra contra el yihadismo, sale en defensa de los valores de nuestra cultura y de este modo de vida que nos dimos. Una forma de entender nuestra existencia a partir de la racionalidad de la filosofía griega, la organización del derecho romano y la moral y tradición judeocristianas. Es decir, la protección de la vida como bien supremo, la libertad como territorio fecundo de la iniciativa humana, la dignidad de la mujer, el reconocimiento del otro, la tolerancia del contrario, el principio de igualdad de oportunidades, la paz, la solidaridad, la justicia social o la democracia. Nada menos, y nada más. Por todo eso estamos, de una u otra forma, en guerra contra quienes quieren abatir nuestra cosmovisión, donde no cabe la justificación del terrorismo, aunque sí la convivencia con su religión.
BIEITO RUBIDO – 27/11/2015 EL ASTROLABIO. ABC SEVILLA
«Obama está bombardeando, los cazas están matando, gracias a Dios, a los del Estado Islámico»
EDUARDO INDRA, EN LA SEXTA. COPIADO DE “EL ECONOMISTA”
Al menos 3.952 personas han muerto en Siria, entre ellas 250 civiles, en catorce meses de bombardeos de la coalición internacional, liderada por EEUU, contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI), informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. De esas víctimas civiles, al menos 66 eran menores de edad y 44 mujeres.
La mayor masacre de civiles perpetrada por la coalición se produjo la noche de 30 de abril al 1 de mayo pasados, cuando al menos 64 vecinos del pueblo de Bir Mahali, en el norte de la provincia septentrional de Alepo, murieron en un bombardeo de los aviones internacionales. A esos fallecidos, se suma un prisionero del EI que perdió la vida cuando estaba en cautiverio en una cárcel de los extremistas en Al Mayadín (noreste), que fue bombardeada por la coalición, y un guardia del campo de petróleo de Al Omar.
EFE. 23.11.2015 – 18:52h
Andamos perplejos, anonadados, profundamente tristes por tanto dolor y sufrimiento, estamos como aplastados por el fracaso que supone para el género humano los criminales sucesos provocados por el terrorismo en Francia.
Nuestro vecino país ha sufrido unos terribles atentados, con ciento veintinueve muertos y trescientos cincuenta heridos. Estos desgarradores hechos, criminales, absurdos y absolutamente inhumanos, nos impelen a la compasión, a intentar descubrir sus causas y a buscar la manera de acabar con tan absurda y maligna iniquidad.
España ha sufrido en grado sumo los azotes del terrorismo: tenemos muy cerca los 192 muertos y los 1885 heridos en los trenes de Madrid; los casi mil asesinados y los miles de heridos por ETA; y el profundo dolor de millones de españoles que hemos vivido con el corazón encogido, en un puño, durante tantos años…, tantos que llegamos a acostumbrarnos a vivir cada día con los zarpazos terroristas.
Es tristemente significativo que predomine, en casi la totalidad de nuestro espectro político y social, una sola solución: más violencia.
Hace unos días, en una tertulia televisiva, uno de la derecha y otro de la izquierda, coincidían casi textualmente en el análisis y en las conclusiones para solucionar el problema: a Francia le había ido muy bien con la violencia que predominó en su Revolución de 1789, con la de las Comunas de París, y con la guerra total para expulsar a los nazis, cuando la II Guerra Mundial. Esta argumentación se expone para justificar los bombardeos franceses sobre los territorios donde están los terroristas.
(En esta tertulia la violencia verbal llegó a desmesuras impropias de personas de tan alto nivel cultural: al menos había dos catedráticos y faltó poco para llegar a las manos. Podría servir para exhibirla en nuestros centros de formación como ejemplo de lo que jamás debería ocurrir, porque se interrumpían continuamente, no se escuchaban y algunos se insultaron de la manera más soez.)
Tienen que existir otros caminos. Buscando se encuentra. El deseo vehemente de felicidad de toda la humanidad no se logrará jamás mientras no desechemos la violencia de nuestros comportamientos. ¿Es, quizás, un afán sin sentido de mi mente obsoleta? Creo que es una gran utopía; pero aunque haya una contradicción etimológica, la felicidad ha de tener lugar en este mundo. El DRAE dice; utopía o utopia. (Del gr. οὐ, no, y τόπος, lugar: lugar que no existe). f. Plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación.
El plan, proyecto o doctrina optimista para hacer feliz al hombre, es el deseo, la utopía de Jesús de Nazaret. Es su principal misión. Podemos comprobarlo en el Sermón de la Montaña (Mateo.5) cuando aparece la Proclama del Reino en las Bienaventuranzas, todas ellas comienzan con bienaventurados, felices o dichosos, traducción del vocablo griego μακαριοι.
El texto que encabeza esta reflexión, aunque es, tal como indico, de León Tolstoi, está sacado de las mismísimas palabras de Jesús de Nazaret:
Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente. Pues yo os digo que no opongáis resistencia al que os hace el mal. Antes bien, si uno te da una bofetada en tu mejilla derecha, ofrécele también la otra. Al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica déjale también el manto. Si uno te obliga a caminar mil pasos, haz con él dos mil. Da a quien te pide y al que te solicite dinero prestado no lo esquives. Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos, rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre del cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos y hace llover sobre justos e injustos. Si amáis sólo a los que os aman, ¿qué premio merecéis? También hacen lo mismo los recaudadores. Si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? También hacen lo mismo los paganos. Sed, pues, perfectos como vuestro Padre del cielo es perfecto.
Mateo 5: 38-48
Quizás, creo, es lo más bello, utópico y revolucionario que se haya pensado o dicho; tan raro y novedoso que Tolstoi en la misma obra citada dice:
Hace algún tiempo, leía yo con un judío, un rabino, el capítulo V de Mateo, Casi a cada versículo decía el rabino: «Esto está en la Biblia; esto, en el Talmud», y me indicaba en la Biblia y en el Talmud sentencias casi idénticas a las del Sermón de la Montaña. Pero cuando llegamos al pasaje de la no resistencia al mal, no dijo: «Esto se halla en el Talmud», sino que me preguntó sonriendo: «¿Observan esto los cristianos? ¿Presentan la otra mejilla?» Yo no tenía nada que contestar, y menos aún, cuando en aquel momento sabía yo que los cristianos, lejos de presentar la mejilla, herían en ambas mejillas a los judíos. Pero sentía curiosidad por saber si había alguna cosa parecida en la Biblia o en el Talmud, y le interrogué a este respecto; él me respondió: «No, no hay nada semejante; pero dígame si los cristianos observan esa ley.» Eso era una manera de decirme que la existencia en la ley cristiana de un precepto que nadie observa, y que los mismos cristianos tienen por impracticable demuestra únicamente la estupidez y la inutilidad de dicho precepto. No pude responderle nada.
León Tolstoi. Cuál es mi fe.1884
Es tan extraño lo de la no resistencia al mal…, lo de si uno te da una bofetada en tu mejilla derecha, ofrécele también la otra, al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica déjale también el manto, que aunque algunos invocan la tradición judeocristiana, (ejemplo es el artículo de BIEITO RUBIDO insertado más arriba) no dicen nada sobre el devolver bien por el mal, quizás lo más distintivo, genuino, bello y sublime del Evangelio de Jesús; sino que, al contrario, no sólo retroceden a la Ley del Talión, ojo por ojo y diente por diente, van a más, a una ley más dura: Lamec dijo a sus mujeres Ada y Sila: Escuchadme, mujeres de Lamec, prestad oídos a mis palabras: por un cardenal mataré a un hombre, a un joven por una cicatriz. Génesis_4:23 Texto riquísimo con el que el hagiógrafo trata de poner fin a la violencia, explicando dramáticamente la desproporción que aparece en todo acto violento. La violencia, por desgracia, casi siempre es contestada con mayor contundencia y agresividad.
Una persona, quizás providencial, un verdadero regalo de Dios dice:
Recemos por los cristianos que son perseguidos, para que sepan vencer el mal con el bien.
La misericordia es lo único que puede salvar al hombre y al mundo del pecado y del mal.
Francisco I
Deberíamos ir a las raíces del tremendo problema si, de veras, deseamos resolverlo.
No pretendo realizar un análisis exhaustivo, voy a señalar dos de las causas que, estimo, son las principales que producen todo tipo de violencia, entre ellas el terrorismo.
LA INJUSTICIA.
Creo que hay violencia porque falta justicia. Cuando hablamos de la paz y no mencionamos la justicia, se nos olvida que ésta es conditio sine qua non para conseguir aquella. Se nos llena la boca con la paz y todo suena vacío, falso y provocador cuando constatamos que vivimos en una sociedad con diferencias escandalosas, dividida por una brecha, cada día más ancha y profunda, que no denunciamos, ni trabajamos para eliminarla. Al contrario nos sentimos cómodos y satisfechos en connivencia con tan atroz iniquidad.
La brecha entre el mundo rico y el pobre, en el que muchos mueren por hambre y carencia de elementales medios sanitarios, produce violencia. Esta tremenda injusticia está presente entre el norte y el sur de nuestro planeta, dentro de las distintas naciones, entre nuestras comunidades autónomas…y hasta entre las calles o las casas de cualquier ciudad.
Las masas sin trabajo, sin cultura y sin comida, fruto del descarte del neoliberalismo capitalista dominante, pueden llegar, en cualquier momento, a la más tremenda violencia. Ha ocurrido a lo largo de la Historia.
Como no pretendo ser exhaustivo, solamente inserto unos datos de especialistas en psiquiatría y psicología que nos pueden mostrar los estragos que las injusticias están produciendo en el mundo:
Un total de 1.868.173 personas fueron diagnosticadas de depresión en 2013 en España y las cifras sugieren que su prevalencia está en aumento, especialmente debido a la crisis. De hecho según la Organización Mundial de la Salud (OMS), será la primera causa de discapacidad en el año 2030.
Para Miquel Bernardo, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, se trata de un fenómeno epidémico y algunos elementos inciden en que está registrando un crecimiento exponencial y que en las próximas décadas va a ser la primera causa de discapacidad. Entre las causas de este incremento, los expertos hablan de un aumento de la esperanza de vida, el mayor nivel de estrés de las sociedades occidentales y el consumo de sustancias tóxicas son algunos de los factores que explican ese crecimiento.
Pero también la crisis. Un estudio realizado por la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental en pacientes que acudieron a Atención Primaria entre 2007 y 2011 detectó un aumento del 10 % de trastornos de ansiedad o depresivos, que estaban muy relacionados con problemas de hipotecas o desempleo.
Es perentorio, apremiante, prioritario intentar implantar la justicia, especialmente para los seguidores del que dijo aquello tan sabido y olvidado: Buscad el Reino de Dios y su justicia. No es de recibo la actitud de muchos de nosotros, que sólo con las palabras admiramos a Jesús y no hacemos nada para acabar con este sistema injusto.
LOS FUNDAMENTALISMOS
La segunda causa, creo, es el fundamentalismo, el integrismo, el creerse estar en posesión de toda la verdad y afirmar que todo lo distinto a lo nuestro es tiniebla, es error, es malo.
Esta nefasta vivencia se comprueba por la historia y por la actualidad de hoy mismo. En el ámbito religioso las secuelas del integrismo son dolorosísimas. Es necesario recordar las guerras que, en nombre de Dios, se han prodigado a lo largo de la existencia humana y han producido millones de muertos y penalidades, una muestra:
Una vez que los cruzados consiguieron entrar en la ciudad comenzaron a realizar una masacre en la cual murieron casi todos los habitantes de Jerusalén. La masacre se prolongó durante la tarde, la noche y la mañana del día siguiente. Fueron masacrados musulmanes, judíos, e incluso algunos cristianos en un arranque de violencia indiscriminada. Muchos musulmanes buscaron refugio en la mezquita de Al-Aqsa en donde, según un famoso relato de Gesta Francorum, «…la carnicería fue tan grande que nuestros hombres andaban con la sangre a la altura de sus tobillos…». Según Raimundo de Aguilers, uno de los hombres que participó en aquella masacre, Raimundo de Aguilers, canónigo de Puy, dejó una descripción para la posteridad que habla por sí sola:
Maravillosos espectáculos alegraban nuestra vista. Algunos de nosotros, los más piadosos, cortaron las cabezas de los musulmanes; otros los hicieron blancos de sus flechas; otros fueron más lejos y los arrastraron a las hogueras. En las calles y plazas de Jerusalén no se veían más que montones de cabezas, manos y pies. Se derramó tanta sangre en la mezquita edificada sobre el templo de Salomón, que los cadáveres flotaban en ella y en muchos lugares la sangre nos llegaba hasta la rodilla. Cuando no hubo más musulmanes que matar, los jefes del ejército se dirigieron en procesión a la Iglesia del Santo Sepulcro para la ceremonia de acción de gracias
Introducción a las cruzadas
Contra estas maldades el pensamiento lúcido de León Felipe:
Nadie fue ayer,
ni va hoy,
ni irá mañana hacia Dios
por este mismo camino
que yo voy.
Para cada hombre guarda
un rayo nuevo de luz el sol…
y un camino virgen
Dios.
Hay muchos hermeneutas de la Historia que exponen argumentos con los que tratan de justificar estas tremendas acciones. Acusan a los críticos de estar basados en el anacronismo que supone juzgar hechos remotos con criterios actuales; llevarán su parte de razón; pero hay algo que debe estar presente: el Evangelio se conocía en tiempos de las cruzadas, de Galileo, de la Inquisición…; de ahí que la Iglesia Católica haya pedido perdón por todos los pecados cometidos por los cristianos que nos han precedido, eso sí, un poco tarde; pero lo ha hecho.
Podemos ver un documento del año 2000, con motivo del Jubileo, inspirado por Juan Pablo II, titulado MEMORIA Y RECONCILIACIÓN LA IGLESIA Y LAS CULPAS DEL PASADO, en el que se pide perdón.
La Iglesia española pidió perdón en el año 1971 por su actuación en nuestra incivil guerra. (Presidía la C.E.E Tarancón; pero demasiado pronto volvió el integrismo, hasta casi nuestros días)
Mejor que dar mis pobres opiniones, voy a exponer las de distintas personas de gran altura, para tratar de convencer del poco fundamento de los integrismos y de las secuelas de dolor y muerte que han dejado en el mundo. Integrismos que abarcan la totalidad de la realidad. Casi ninguna tendencia política o religiosa está libre de culpa.
Un budista, Thich Nhat Hanh, dice en su libro «BUDA VIVIENTE, CRISTO VIVIENTE»:
Cuando creemos que la nuestra es la única fe que contiene la verdad, entonces la violencia y el sufrimiento son el resultado asegurado.
Fe que no duda es fe muerta.
Miguel de Unamuno
Además de enseñar, enseña a dudar de lo que has enseñado.
Ortega y Gasset, José
“Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejía moral
Ortega y Gasset, José
Daba vueltas a los dichos de los antiguos, tanteaba el sentir de los presentes: respondían lo mismo; mas, que me diera satisfacción, absolutamente nada. En consecuencia, retorné a mí mismo, y poniendo todo en duda como si nadie hubiera dicho nada jamás, comencé a examinar las cosas mismas, que es el verdadero saber. Analizaba hasta alcanzar los principios últimos. Haciendo de ello el inicio de la contemplación, cuanto más pienso más dudo.
René Descartes
El fundamentalismo es una enfermedad común a toda religión
Si una persona dice que ha encontrado a Dios con certeza total y ni le roza un margen de incertidumbre, algo no va bien.
Un cristiano que lo tiene todo claro y seguro no va a encontrar nada.
Si uno tiene respuesta a todas las preguntas es prueba de que Dios no está con él.
Las cuatro frases son de Francisco I
San Agustín parece que corrobora lo anterior:
Si lo comprendes, no es Dios.
La fe requiere necesariamente de la duda. La fe misma debe manifestarse por medio de cierto sentimiento de duda. A Dios lo presiento, lo siento, hablé muchas veces con él, pero la esencia de la fe es seguir buscándolo. Puedo tener un 99,99 por ciento de certeza acerca de Él, pero nunca el ciento por ciento, porque uno vive buscándolo,
Rabino Skorka. Sobre el cielo y la tierra, escrito con Francisco I
Incomprensible que exista Dios e incomprensible que no exista.
Pascal
Y la fórmula aurea de San Agustín:
En lo necesario unidad, en lo dudoso libertad, en todo amor.
Los que somos ancianos e intentamos ser reflexivos sabemos algunas cosas: todos los seres humanos tenemos infinidad de debilidades, muchas carencias y multitud de pecados. Observando la complejidad de todo lo que nos rodea, descubrimos lo poco que sabemos y lo mucho que nos queda por aprender: es inmenso, infinitamente mayor que todo lo que hayamos aprendido. Mientras más avanzamos en conocimientos nos convencemos de la insignificancia de nuestro saber. Dijo Descartes: Daría todo lo que sé por la mitad de lo que ignoro”.
Nos consta que, como afirmaban Hegel, Ortega o Nietzsche, somos animales enfermos, inquietos, como sin terminar, arrojados a un mundo hostil. (San Agustín decía: Señor, nos creaste para ti y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en ti). Necesitados ayuda; somos muy proclives al error y a la ofuscación y muy limitados, cortitos con sifón se dice ahora. Todo lo anterior nos obliga a ser humildes y a deducir dos verdades: necesitamos del otro y ese otro puede llevar razón y necesitar de nosotros; pero, por desgracias, estamos lejos de conseguir armonía entre las distintas creencias, no sólo entre el Islam y el Cristianismo, sino entre los mismos cristianos y hasta dentro del catolicismo: mucha diferencia hay entre los teólogos progresistas y los grupos neoconservadores.
He insistido en el ámbito de la religión porque éstas tienen mucho que hacer para lograr la paz. Opino que es acertadísima la frase del sabio y anciano teólogo, émulo del papa emérito:
Hasta que haya paz entre las religiones no podrá haber paz en el mundo. Hans Küng
¿Es sensato seguir con injusticias, fundamentalismos y violencias?
¿Por qué no probamos con lo que dice el Evangelio?
Aunque nos parezca utópico; aunque solo sea por una vez.
Desde la Iglesia Católica y con Francisco, verdadera bendición de Dios, quizás, se podría retomar el camino de tantos santos que han dado su vida por el Reino de Dios y su justicia: devolviendo bien por mal, quitando hambre y sed, cuidando enfermos…, todo lo de Mateo 25. Convirtiéndose en un hospital de campaña cuidando a tantos descartados por sistema perverso; y, lo más profético, denunciando y luchando para acabar con este sistema que sólo adora al dios dinero y desprecia al pobre.
Con justicia, amor, respeto, comprensión, tolerancia y devolviendo bien por mal, será posible la paz y la eliminación de los fundamentalismos y sus secuelas.
Será posible la felicidad, aquí y ahora, como anticipo de la definitiva.
El concilio Vaticano II formuló con claridad y contundencia, y hasta con belleza la misión de la Iglesia:
Por esto la Iglesia, enriquecida con los dones de su Fundador y observando fielmente sus preceptos de caridad, humildad y abnegación, recibe la misión de anunciar el reino de Cristo y de Dios e instaurarlo en todos los pueblos, y constituye en la tierra el germen y el principio de ese reino. L.G. 5
Los Palacios y Villafranca, 5 diciembre 2015