1. El Papa Juan XXII, el Papa bueno
Al comienzo de este tercer milenio la salud-salvación en perspectiva cristiana cobra rostro en el pensamiento y pautas del concilio Vaticano II.
Me limito a señalar el camino que traza el concilio para asegurar la salud-salvación individual y social.
?Jesucristo es el reparador de la salvación humana – Lo que se exige hoy de la Iglesia es que infunda en las venas de la humanidad actual la virtud perenne, vital y divina del Evangelio ? La Iglesia católica siempre viva y siempre joven percibe el ritmo del tiempo, en cada siglo se adorna con nuevo esplendor, irradia nuevas luces, logra nuevas conquistas, aún permaneciendo fiel a sí misma – Ilumina a los hombres con la luz de Cristo y hace que se conozcan mejor a sí mismos , llevándoles a comprender su propio ser, su propia gran dignidad y el fin que deben buscar – Ella aparece como intérprete y baluarte del orden moral y como defensora de los deberes y derechos de todos los seres humanos y de todas las comunidades políticas??.(Convocatoria del Concilio, 25 de Diciembre de 1961, Números 1 al 10).
2. Mensaje del concilio: renovarnos, amar y salvar la dignidad de todos y sobre todo de los más débiles y pobres.
?Buscamos renovarnos a nosotros mismos para manifestarnos más conformes al Evangelio de Cristo y trataremos de manifestar a los hombres de estos tiempos la verdad pura y sincera de Dios , amándolos como a hermanos, en actitud de servicio, pues la Iglesia no fue instituida para dominar sino para servir, y pondremos nuestra alma y nuestro trabajo al servicio de todo lo que se refiere a la dignidad del hombre y ante todo de los más pobres y débiles, de modo que aparezca a todo el mundo la faz amable de Jesucristo -. Dos problemas principales del concilio serán denunciar todas las injusticias e indignas desigualdades y asegurar el bien inmenso de la paz, pues todos los hombres, de cualquier raza y nación, somos hermanos – Pedimos a todos los hombres de buena voluntad que colaboren con nosotros para instaurar en el mundo una sociedad humana más recta y fraterna?? ( Números 2,7-10, 12).
3.La verdad salvadora en algunos documentos conciliares
a) LUMEN GENTIUM (Luz de las Naciones).
?Cristo es la luz de los pueblos, que resplandece sobre la faz de la Iglesia, por lo que el concilio se propone presentar con mayor precisión su naturaleza y misión universal -Cristo inaugura el reino de Dios en la tierra , presente y activo en el mundo, y a entrar en él son llamados todos los hombres-La Iglesia debe anunciar este reino, es en la tierra como germen y principio del mismo – La Iglesia , como Cristo, es destinada a recorrer su camino en pobreza y persecución y avanza continuamente por la senda de la penitencia y renovación -.
Llevando a cabo el mandato de anunciar la verdad salvadora, la Iglesia consigue que todo lo bueno que se encuentra sembrado en el corazón y en la mente de los hombres y en los ritos y culturas de los pueblos , no sólo no desaparezca, sino que se purifique, se eleve y perfeccione -La Iglesia continúa la obra restauradora de Cristo, nos instruye acerca del sentido de nuestra vida temporal y en ella labramos nuestra salvación -. Y debe enseñar a los fieles que el verdadero culto no consiste tanto en la multiplicidad de actos exteriores cuanto en la intensidad de un amor activo?? (Números 1, 3,5,8,17,41).
b) GAUDIUM ET SPES (Gozo y Esperanza)
?Cristo, el hombre perfecto, esclarece el misterio del hombre. En El la naturaleza humana asumida (con la Encarnación se une con todo hombre) no queda absorbida sino elevada a una dignidad sin igual. Se hizo uno de los nuestros, dando con su camino sentido a la vida y a la muerte. Como Cristo llegaremos a la resurrección. Esta es la vocación suprema del hombre que Dios, en la forma por El sólo conocida, ofrece a todo hombre.
-El concilio no puede dar mayor prueba de solidaridad, respeto y amor a toda la familia humana que la de dialogar con ella acerca de todos sus problemas, aclarárselos a la luz del Evangelio y poner a su disposición su poder salvador y colaborar para lograr la fraternidad universal. La Iglesia, sin impulso alguno de ambición terrena, sólo desea dar testimonio de la verdad y servir .
-Dios ha querido que todos los hombres constituyan una familia y se traten como hermanos, de modo que el amor es el primero y mayor mandamiento . El hombre no puede entregar la plenitud de sí mismo sino es en la entrega sincera de sí mismo a los demás.?
-Quienes sienten u obran de modo distinto al nuestro en materia, social política e incluso religiosa, deben ser objeto de nuestro amor y respeto. Cuanta más humana y caritativa sea nuestra comprensión íntima de su manera de ser,mayor será la facilidad para establecer con ello el diálogo.
-Toda forma de discriminación en los derechos fundamentales de la persona debe ser vencida y eliminada por ser contraria al plan divino -La espera de una nueva tierra no debe amortiguar la preocupación de perfeccionar esta tierra. El progreso temporal interesa en gran medida al reino de Dios, pues los bienes de la dignidad humana , la unión fraterna y la libertad, como todos los otros frutos excelentes de la naturaleza humana y de nuestro esfuerzo volveremos a encontrarlos limpios de toda mancha, iluminados y transfigurados cuando Cristo entregue al Padre el reino eterno y universal.
– La Iglesia pretende ayudar a todos para que, con una más clara percepción de su entera vocación, tiendan a una fraternidad universal profundamente arraigada. La exposición del concilio deberá ser continuada y ampliada en el futuro – Para ser señal de fraternidad y consolidar el diálogo, la Iglesia debe promover dentro de sí misma la mutua estima, el respeto y la concordia reconociendo todas las legítimas diversidades. Los lazos de unión son mucho más fuertes que los motivos de división. Haya unidad en lo necesario, libertad en lo dudoso, caridad en todo ( Números 1, 3, 24, 27, 28, 29 32, 38, 43,91).