Organizaciones de izquierda cuestionan la XVI Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de Iberoamérica, que se realizó en Montevideo, en la semana pasada. El tema de la migración norteó el debate. Para la Agrupación 08 de octubre la zona donde se realizó la Cumbre fue declarada en «estado de sitio». La Coordinación de Unidad Revolucionaria (CUR) declara que todos los años, Jefes de Estado y de Gobierno de Iberoamérica vuelven a juntarse vigilados por perros, policías y radares de última tecnología militar. Amurallados por vallas y zonas de exclusión.
«Funcionales a los «desafíos de la globalización», estos encuentros de las elites gobernantes tratan los «grandes temas» de una agenda que ellos mismos definen, sin la más mínima consulta a los pueblos y sus organizaciones sociales». Para la Coordinación, en esta XVI Cumbre, que concluyó en el domingo, 05 de noviembre, hubo una declaración final de consenso y compromiso sin ninguna condena a las instituciones financieras internacionales que, como el FMI (Fondo Monetario Internacional), el Banco Mundial y el BID (Banco Interamericano de Desarrollo);y sin ninguna denuncia del imperialismo estadounidense y europeo.
La participación de gobiernos que luchan por el socialismo (Cuba) o que han iniciado procesos de transformaciones estructurales a favor de las mayorías populares (Venezuela y Bolivia), no logran modificar la naturaleza de estas Cumbres. La matriz neoliberal y los intereses de las clases propietarias y las multinacionales, serían los factores predominantes de estas Cumbres. Poco importa el ropaje de los «mandatarios».
Los planes de ajuste y las Cartas de Intención firmadas con FMI, con su secuela de pobreza, desempleo y salarios de hambre, serían, según la Coordinación, las causas principales de las migraciones. Por lo tanto, los gobiernos que continúan con los programas neoliberales, aún aquellos adornados con políticas de «equidad social», son cómplices de la violación a los derechos humanos más elementales.
Solamente en los últimos años, 26 millones de latinoamericanos tuvieron que optar por el exilio económico como única alternativa de sobrevivencia. Arriesgándose a las deportaciones y a la explotación más atroz, como el caso del trabajo semiesclavo que sufren millones de inmigrantes. Es la continuidad de la política neoliberal, la causa fundamental de la expulsión de millones de trabajadores, campesinos, mujeres, jóvenes, estudiantes y técnicos profesionales.
Sin embargo, estos inmigrantes sustentan gran parte de las economías latinoamericanas, superando en muchos casos el monto de las exportaciones y las inversiones extranjeras. Durante el 2006, las remesas de los inmigrantes, alcanzaron los 45 mil millones de dólares.