Desde la Reforma protestante del siglo XVI los cristianos de las diferentes confesiones de Europa no se habían encontrado para dialogar y trabajar a favor de la unidad hasta que se iniciaron las Asambleas Ecuménicas Europeas en 1989. Durante más de 450 años los cristianos europeos hemos vivido, en conjunto, de espaldas unos a otros. El mérito del reencuentro debe atribuirse al empeño de la Conferencia de Iglesias Europeas (que reúne 130 confesiones protestantes, anglicanas y ortodoxas) y al Consejo de Conferencias Episcopales Europeas que agrupa 34 conferencias episcopales.
En aquel momento estaban presididas por el cardenal Martini y el actual Patriarca de Moscú, Alexis II. En la actualidad los presidentes son el cardenal Peter Erdo, de Budapest, y el pastor Jean-Arnold de Clermont. La Iglesia católica participa plenamente en las Asambleas Europeas. Las Asambleas del Consejo Mundial de Iglesias asisten solamente como observadoras.
La primera asamblea tuvo lugar en Basilea (Suiza) en 1989, pocos meses antes de la caída del muro de Berlín. Los 700 delegados oficiales de las Iglesias aprobaron un magnífico documento sobre justicia, paz y ecología, en el que se recogía una profunda reflexión sobre estos temas y se proponían compromisos prácticos para el futuro de Europa.
La segunda asamblea se celebró en Graz (Austria) en 1997 y se reflexionó sobre la reconciliación. Los delegados se propusieron dar una respuesta esperanzada a los desafíos del final de siglo y de milenio. Se abogó por una reconciliación con Dios, entre las iglesias, religiones y culturas, sectores sociales, pueblos y naciones de Europa, con la naturaleza y con otros continentes del mundo. Se pusieron de manifiesto los problemas que la caída del comunismo creó o puso de manifiesto; no fue posible, por ejemplo, un encuentro de Juan Pablo II con los patriarcas de Constantinopla y Moscú. A partir del positivo clima creado por estas asambleas, las comunidades cristianas de Europa redactaron una carta Ecuménica que quería impulsar y estrechar los lazos entre todos los cristianos de nuestro continente.
La tercera asamblea empezará el martes en Sibiu (Rumanía). La primera asamblea tuvo lugar en una ciudad de mayoría protestante, la segunda en una de mayoría católica y esta tercera en una de mayoría ortodoxa, aunque tiene minorías católicas y protestantes. Sibiu es sede de tres obispados (ortodoxo, católico y luterano). Al lado de la población rumana, tiene importantes grupos de origen alemán, húngaro, gitano y judío, como queda reflejado en el triple nombre de la ciudad: Sibiu (rumano), Hermannstadt (alemán) y Nagyszeben (húngaro). Una ciudad realmente ecuménica.
La asamblea de Sibiu ha sido preparada concienzudamente en unos encuentros previos en Roma, en enero del 2006, en Wittenberg, en febrero del 2007 y en los últimos meses a nivel local. Esta vez el tema escogido es «La luz de Cristo ilumina a todos los humanos. Esperanza de renovación y unidad en Europa». Con ello se pretende un doble objetivo: reencontrar juntos en Cristo una nueva luz en el camino de reconciliación entre los cristianos de Europa y redescubrir el don de la luz que es el Evangelio de Cristo para la Europa de hoy.