Era el sábado 23 de enero de este año, cuando 3 vehículos de la Policía Federal Mexicana hicieron detenerse a un tren de carga entre Chiapas y Oaxaca, en el que viajaban más de 100 migrantes irregulares. Varios de los policías les obligaron a bajarse del tren, les registraron y robaron sus pertenencias. Después de eso los agentes les dejaron ir, pero esa misma noche, varios grupos de migrantes que caminaban por las vías, fueron atacados por bandas delictivas. Mataron al menos a uno y violaron a una de las mujeres.
Los sobrevivientes consiguieron llegar caminando a Ciudad Ixtepec, donde el albergue del padre Alejandro Solalinde (en la foto) los ayudó a presentar las denuncias y a obtener atención médica. Es el único lugar seguro de la zona, alejado de las bandas de delincuentes que abusan de los migrantes.
Su trabajo y solidaridad con los migr antes está provocando que el padre Solalinde esté recibiendo amenazas, sea intimidado e incluso detenido por parte de funcionarios y bandas locales.
¡Apóyales! Pide al Secretario de Gobernación de México que proporcione al padre Solalinde y a su equipo del albergue medidas de protección que les permitan realizar su trabajo sin temer por su vida.
Cada año, miles de personas cruzan México como migrantes irregulares. Huyen de la violencia y la miseria. Muchos y muchas serán víctimas de palizas, secuestro, violación e incluso asesinato a lo largo del camino. Sus vidas y muertes permanecen casi siempre ocultas. Muchas de sus historias nunca se contarán. Ayúdanos a contarlas.
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Muchas gracias.
Esteban Beltrán
Director Amnistía Internacional – Sección Española