Jesucristo se para en el camino
de la selva amazónica y abre sus brazos en cruz
con un gesto de querer detener
a los que vienen a talar los árboles.
La maquinaria pesada no se detiene
al contrario avanza prepotente
y Cristo es el primer árbol que cae
luego arrasarán con todo el bosque:
aquí nacerá el desierto:
la otra cara de la muerte.
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