En carta firmada por 96 religiosos, sacerdotes católicos costarriqueños se posicionaron en contra del Tratado de Libre Comercio (TLC) de Costa Rica con Estados Unidos, firmado en 2004. El acuerdo va a referendo el próximo 7 de octubre, día en que dos millones y medio de costarriqueños podrán decidir por la aprobación o no del documento.
Para los sacerdotes, es un deber de la iglesia estar siempre del lado de la verdad, de la justicia y del bienestar social y por eso no se mantuvieron neutros en la cuestión. «De manera categórica, los presbíteros firmantes declaran favorecer el comercio internacional justo y somos conscientes de sus posibles beneficios, pero nos oponemos al TLC, que será sometido a referendo, por haber sido tan mal negociado y ser nefasto para la nación costarriqueña», declararan los religiosos.
En la carta que denominan «Valoración ?tica del Tratado de Libre Comercio», los sacerdotes exponen los motivos por los cuales están en contra de la aprobación del acuerdo. Según ellos, el proceso de negociación del tratado transcurrió en secreto, sin el conocimiento de los ciudadanos, incluso siendo éstos los directamente afectados por las decisiones tomadas.
Los católicos argumentan además que los negociadores no resguardaron los derechos de las minorías, omitiendo del texto la reserva del Estado costarriqueño de «adoptar o mantener cualquier medida que otorgue derechos o preferencias a las minorías sociales o económicamente en desventaja». «Se verán afectados los sindicalistas, organizaciones campesinas, ecologistas, la educación pública, los trabajadores que gozan de garantías sociales y demás grupos que con razón se dan cuenta de que el TLC es nocivo para el país y las grandes mayorías sociales», explican.
Ellos también critican la falta de una representación equilibrada de sectores interesados o afectados, tanto del sector productivo como de otros ámbitos sociales, mientras que los abogados representantes de empresas transnacionales participaban de las reuniones de negociación. De acuerdo con los sacerdotes, el TLC representa las ideas neoliberales que fueron implantadas en América Latina durante los últimos 25 años y que provocaron una crisis social, económica y cultural en la región.
«Este TLC es parte de la llamada Doctrina Blaine, política económica estadounidense que busca en la expansión comercial (mediante la presión diplomática) la venta de productos que no pueden colocarse en el mercado interno», dijeron los religiosos. Tal política se concretizaría con el establecimiento de un sistema de protección económica asimétrica entre los dos países, con ventajas claras para Estados Unidos. «Este TLC es incompatible con una Agenda Nacional de Desarrollo porque, mientras este Tratado rija, nuestros gobiernos no pueden gobernar al quedar sometidos a lo que dice este Tratado», argumentan.
Los sacerdotes defienden que, en el caso que gane el «sí» en el referendo, sería inviable una Agenda de Desarrollo Humano sustentable e integral en Costa Rica. «Si fuere aprobado el TLC, Costa Rica se transformaría en una sociedad más desigual que la que hay en la actualidad y perdería su clasificación actual de país soberano», dicen.
Los religiosos llaman a la sociedad civil y a los laicos católicos «que tantas veces se pronunciaron por la prensa en temas de contraceptivos, fecundación in vitro y manipulación genética para que manifiesten en público su opinión sobre el acuerdo. Ellos piden a la sociedad que no se acepte propaganda superficial y que no voten por simple apoyo partidario. Los sacerdotes recuerdan también que el voto es libre y que la población no vote a favor por miedo de falsas afirmaciones como la que dice que, en el caso que el TCL no sea aprobado, miles de empleos serán perdidos.
Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com