CONFER: «No queremos ser trincheras de nada y contra nadie, sino puentes y caminos»

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Religión Digital

Ha terminado la Asamblea de CONFER. Con escaso eco mediático, porque los propios religiosos no quisieron convocar a los medios. Y poner sordina a su malestar. Y tragárselo, una vez más. Pero con mucho fruto interno. La Confer sale reforzada de su asamblea. En sus líderes, en sus organismos, en su cohesión interna y hasta en su nueva imagen de marca.

Fue una gozada poder asistir a la misa de clausura. Sencilla, profundamente litúrgica y sincera. Se respiraba una auténtica espiritualidad «encarnada». Con unos 400 superiores y superioras mayores de toda España. Y presidida por el cardenal salesiano, Rodríguez Maradiaga. Otra gozada. ¡Qué manera tan directa y sencilla de conectar con la gente! Sin ínfulas, al mismo nivel, formando piña.

Y ahora que vuelven a estar de moda los profetas de calamidades, animando. «Sois obras de arte de Dios», les decía, mientras les invitaba a seguir trabajando por el Reino de Dios. Y ciudar las virtudes. «Porque Dios no nos quiere cristianos chapuzas». Para «saber» a Dios y «proclamar el gusto por la misión y la santidad». Y concluyó alabando la vida religiosa en España que «es un estímulo para la vida consagrada de todo el mundo». Y a sus líderes: «Con autoridades así, da gusto», dijo el purpurado hondureño, refiriéndose al presidente de los religiosos y religiosas.

Al final de la Eucaristía, la intervención de clausura del presidente de la CONFER, Alejandro Fernández Barrajón. Gozosa, positiva, de denuncia y de anuncio, impecable, profética…Léanla entera. Es una gozada. De esas que esponjan el corazón.

Lo que más les duele a los religiosos son dos cosas. Primera que algunos den por amortizada la vida religiosa. «En precario», sí, dijo Barrajón, pero «precariedad no es mediocridad».

Y sobre todo les duele que se ponga en duda su amor a la Iglesia y su comunión con la jerarquía. Primero, porque es mentira. Una mentira de esas que algunos tratan de propalar, para descalificar la labor de la vida religiosa en la frontera.

«Estamos dispuestos a seguir siendo hombres y mujeres de Dios», dijo Barrajón. Y añadía: «Somos hombres y mujeres de Iglesia, de comunión, de fe compartida y celebrada. Hay quienes se empeñan en enfrentarnos a los pastores, pero ése es unproblema personal de quienes lo afirman que tendrán que resolver. Los religiosos y religiosas sonos de la Iglesia, amamos intensamente a la Iglesia y no estamos dispuestos a dar un solo paso lejos de ella. Tal vez se puede decir más claro, pero no más firme».

Eso no quita para que los religiosos quieran ser «hombres y mujeres de este tiempo…alejados de espiritualidades vacías y desencarnadas…nuestra condición profética nos empuja a ponernos en actitud itinerante…estamos convencidos de nuestra vocación samaritana…queremos salir al encuentro de los marginados y desfavorecidos, de los pobres y despreciados…la esperanza acompaña nuestros pasos…no queremos ser trincheras de nada y contra nadie, sino puentes y caminos…es hermoso ser consagrado».

No se puede decir ni más claro ni mejor. Una atronadora ovación ratificó el discurso de clausura del presidente de la CONFER. El mercedario Alejandro Fernández Barrajón gana día a día en liderazgo. Y se ha convertido, en poco tiempo, en punto de referencia ineludible de la Iglesia española. Enhorabuena, padre. Es usted un respiro en nuestra Iglesia.