CONDENAN POR DOS A?OS A UN CURA POR ABUSOS SEXUALES A UN MENOR AL QUE AYUDABA CON LOS DEBERES

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El Correo

La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a dos años de cárcel a un cura que abusó sexualmente de un menor entre los años 1999 y 2001 tanto en la casa del niño como en la parroquia de Santo Domingo de Guzmán en la que ejercía el sacerdocio como secretario de la vicaría y auxiliar. Así lo acuerda la sección quinta de la Audiencia Provincial de Madrid en una sentencia, contra la que cabe recurso, que también condena a Rafael S.N., de 74 años, a que indemnice al menor con 30.000 euros por los daños materiales y morales causados, declarando responsable civil subsidiario al Arzobispado de Madrid.

El tribunal considera al acusado autor de un delito continuado de abusos sexuales y lo absuelve de un delito de abusos sexuales en grado de tentativa, imputación de la que acusaban al sacerdote tanto la acusación particular como la popular. La sentencia considera probado que entre 1998 y 2001 el acusado, mientras ejercía como secretario de la vicaría de una parroquia de Madrid, «entró en relación de amistad» con la familia del menor, por lo que acudía a su domicilio «con asiduidad para el cuidado de los hijos, formación religiosa y refuerzo en los deberes escolares» del niño.

«Con el afán de satisfacer sus instintos libidinosos, primero en casa de la familia y después en la vicaría», realizó tocamientos al menor y a su vez «obligó al niño a que le tocara», añade la sentencia, que detalla que estos hechos se repitieron en un número de ocasiones no determinado entre finales de 1999 y 2001, para lo que utilizó «la excusa de que ello era bueno y sano para el desarrollo corporal».

Para el tribunal, los hechos han quedado corroborados con la declaración del menor en el juicio oral, que ha mantenido una «versión coincidente en el curso de las actuaciones», así como con otros datos proporcionados por testigos y peritos en la vista. La sala estima que los hechos «tienen encaje» en la figura penal del delito continuado de abusos sexuales ya que, según señala la sentencia, «el acusado es un sacerdote que forma el grupo de monaguillos de la parroquia» al que pertenece la víctima y al que dio clases para mejorar su rendimiento.

Si bien el procesado obtuvo los favores sexuales con consentimiento de la víctima, el fallo judicial concluye que éste «aparece viciado por la situación de superioridad manifiesta del inculpado, que constriñó» la libertad del entonces menor de edad. La sentencia añade, en este sentido, que el sacerdote se aprovechó de las facilidades que le reportaban su relación con la familia «para convertir un acto cotidiano en instrumento de satisfacción de sus instintos sexuales».

El Arzobispado de Madrid, por su parte, estudia recurrir la sentencia, aunque sólo en lo relativo a la responsabilidad civil subsidiaria de la indemnización que le afecta. «por lo que respecta a la condena, ignoramos si va a ser recurrida porque el acusado tiene abogado propio».