Enviado a la página web de Redes Cristianas
En este año que despediremos en pocos días, la llegada de migrantes a Europa ha sufrido un descenso con respecto al año anterior, en total han llegado unas 115.714 personas de las cuales 94.897 lo han hecho por mar, sin embargo el número de migrantes muertos o desaparecidos en el Mediterráneo ha sido de 1.239 personas. De las cuales 425 lo hicieron intentado llegar a las costas españolas por la ruta del Mediterráneo occidental.
Esta realidad convierte a la ruta migratoria a Europa por el Mediterráneo en la más letal del mundo.
Nosotros somos testigos cercanos del sufrimiento del paso del Estrecho y de las centenares de muertes en este trozo de mar, también somos testigos diarios del sufrimiento causado por las condiciones de explotación y de exclusión social a las que se enfrentan los migrantes que consiguen llegar.
No podemos permitir que ante este drama humanitario las políticas de inmigración sigan poniendo el acento en la defensa de nuestras fronteras y no en la defensa de la vida.
Por ello, es necesario que despertemos del letargo de nuestra comodidad y exijamos a los gobiernos rutas seguras y legales para las personas que quieren buscar una vida mejor.
Pedimos soluciones y no nos van a convencer de que la solución pasa por un mayor control de las fronteras, ni por firmas de acuerdos con terceros países para cerrar rutas migratorias, ni por impedir a los que se dedican a salvar vidas que sigan haciendo su trabajo, ni por criminalizar a los menores migrantes.
Por otro lado manifestamos nuestra repulsa a las políticas del miedo que promulgan el odio y el rechazo al migrante, al diferente.
Estamos convencidos de que las migraciones lejos de ser un problema que “gestionar”, son una oportunidad para el desarrollo de todos los pueblos. Desde nuestra diócesis estamos comprometidos con la sensibilización para descubrir los aspectos positivos de las migraciones.
Creemos que es responsabilidad ética y moral trabajar por la acogida humana de los migrantes que llegan a nuestros barrios, por la integración y la convivencia pacífica y fraterna. Que juntos debemos construir una sociedad más justa en la que la igualdad de oportunidades sea una realidad para todas las personas.
Hoy traemos a nuestro Círculo de Silencio el recuerdo de las 1239 personas que han perdido la vida en este año cuando intentaban llegar a Europa. Es un silencio de dolor y solidaridad.
Ahora que se aproximan las fiestas navideñas, días en los que estaremos ocupados con preparativos, comidas y regalos sirva el acto simbólico de hoy para recordarnos que en estos días miles de personas seguirán huyendo de conflictos, torturas y penurias. Que cientos de personas se jugarán la vida en las fronteras creadas por el hombre en busca de una oportunidad que les fue negada injustamente.
Que las luces y la alegría de estas fiestas no apaguen la voz de los que sufren. Que el Amor y la Justicia que pronto se hará hombre, sea repartido a todos los hombres y mujeres del mundo.
Amigos, comienza nuestro TIEMPO DE SILENCIO.
MESA DIOCESANA DE ATENCION Y ACOGIDA DE MIGRANTES Y REFUGIADOS
DE CÁDIZ Y CEUTA.