SI VINIERAS DE OTRA MANERA…
Ante la visita del Papa a Valencia la Comisión Permanente del Foro Diamantino García queremos manifestar a la opinión pública lo siguiente:
1.- Nos unimos a todos los comunicados que los diversos grupos de cristianos y cristianas progresistas y renovadores de nuestro país han difundido con motivo de la visita papal a Valencia. No estamos en contra de esta visita. El Papa, como responsable de la comunidad católica, hace muy bien en convocar encuentros y visitas a las diferentes iglesias del mundo para animarlas, conocer sus problemas y solidarizarse con sus aspiraciones y compromisos humanos y evangélicos.
2.- Su visita debería estar guiada e impulsada por los criterios del Evangelio y no por los del mundo: desearíamos que renunciara de una vez por todas a recibir los honores de Jefe de Estado, debería viajar en un vuelo regular, como todo el mundo, con sencillez y austeridad, sin tanto séquito y signos de grandeza. Nos parece que todos estos signos son contrarios al mensaje del Señor a quien el Papa debe servir antes que nadie. Nos oponemos al modo como se ha organizado esta visita: un despilfarro que escandaliza, un gasto que ronda los 5 mil millones de pesetas. Estas cosas hacen mucho daño al mundo y a la Iglesia.
3.- La tradición y la historia no tienen, afortunadamente, valor normativo alguno. Si fuera así, todavía estaría vigente la esclavitud o la pena de muerte en la mayoría de los países del planeta, puesto que ésta ha sido la costumbre en casi todas las sociedades a lo largo de su historia. Si no fuésemos capaces de cambiar las tradiciones todavía estaríamos en la edad de las cavernas. El Evangelio nos invita sin paliativos a romper con los comportamientos y tradiciones de los grandes del mundo. Seamos valientes y exigentes. Escuchemos las palabras de Jesús: “Que no sea así entre vosotros” (Mt. 20,26). Hagamos lo posible para que las visitas del Papa potencien la sencillez y posibiliten la personalización de la fe. No las convirtamos en reclamo turístico y mercantilista.
4.- En este Encuentro Mundial de las Familias el Papa debería ayudarnos a saber acompañar también, compasiva y misericordiosamente, a las familias monoparentales, a las familias rotas, a las familias del mismo sexo, a las familias transnacionales, a todas las que viven en pobreza, marginación y precariedad. Debería condenar el genocidio de los miles de africanos que mueren en el Atlántico o el Mediterráneo. Debería ayudarnos a defender siempre la dignidad de toda vida humana, a denunciar valientemente cuantas leyes, nacionales o europeas, denigren dicha dignidad. Debería ayudarnos a que amanezca la paz, tan ardientemente deseada en nuestro país, que ningún grupo ponga trabas al proceso comenzado. El Papa debería invitar a los obispos españoles a mantener su autonomía frente a la política, rompiendo cualquier tipo de alianzas con los grupos más conservadores. Finalmente, deseamos que el papa Benito denuncie con valentía la realidad social de Europa: 109 millones de pobres, 32 millones de parados y 8 millones de inmigrantes sin papeles.
Antequera, 26 de junio 2006
