A todas y todos los y las participantes de las peregrinaciones y de la audiencia de Biodiversidad del Tribunal Permanente de los Pueblos.
Con el mayor placer estaríamos acompañándolos en esa expresión de la dignidad de los pueblos en la búsqueda de garantías para sus derechos y sus territorios, si no fuera por las múltiples dificultades que tenemos para poder realizar este deseo.
Nos unimos a todas y todos, muy especialmente a las Comunidades de Autodeterminación, Vida, Dignidad del Cacarica reunidas y reunidos en las zonas humanitarias de Nueva Vida y Nueva Esperanza en Dios en la conmemoración del décimo aniversario de la Operación Génesis, que generó el desplazamiento forzado, los crímenes de lesa humanidad y la desterritorialización de que han sido víctimas, pero que también, paradójicamente, dio origen a una de las expresiones de afirmación civil de derechos más emblemática de los pueblos de América Latina que hoy, no solo conmemora sino que celebra, la esperanza que suponen la existencia de procesos como los del Jiguamiandó, Curvaradó, Dabeiba, San José de Apartadó, Meta, Cauca, Putumayo, y Naya, entre otros de Colombia y también de otros lugares del continente.
Saludamos, también, a los jueces y conjueces, testigos, y delegados que buscan esclarecer las responsabilidades empresariales en las violaciones a los derechos humanos y hacemos votos por que este ejercicio contribuya a construir las bases de un derecho internacional que apunte a vincular a los responsables, no solo moral sino penalmente, y que contribuya a la reparación efectiva de los daños causados a las víctimas.
En cada paso de su peregrinar, estamos también nosotras y nosotros quienes creemos en la reconstrucción del Estado de Derecho que vienen promoviendo en Colombia las comunidades y sus acompañantes.
Fraternalmente,
IGLESIA DE BASE DE MADRID
MADRID a 2 de febrero de 2.007