Si se hace memoria de los tiempos de Mobutu y se comparan con los actuales, impacta el cambio tan importante vivido por la población. A primera vista nos podemos quedar con la idea de que se vive peor y que todo el tejido socio-económico está destruido, en parte es cierto, pero lo que impresiona es la madurez adquirida por este pueblo, su resistencia increíble y su deseo de vivir.
Este país tiene todo, no sólo una naturaleza extraordinaria, unas riquezas increíbles sino sobre todo un caudal humano bien preparado y con enormes posibilidades. Hay un deseo grande de estudiar y progresar y hacen lo que sea por conseguirlo. En las familias cuando no pueden pagar educación a todos sus hijos, escogen al más capaz, ya sea chico o chica, y todos contribuyen a que salga adelante.
Este pueblo se prepara ahora para entrar en la democracia y está haciendo todo lo posible para que llegue a ser una realidad. Durante estos días que preceden las elecciones, el ambiente de las campañas electorales da un tono festivo. Continuamente vehículos con altavoces, adornados y con grandes fotos de los candidatos, difunden mensajes, dan consejos y ponen la música a tope. Constantemente hay mítines en diferentes puntos de la ciudad y en algún momento se han producido enfrentamientos fuertes entre partidos, como ha sido el caso entre el MLC de Bemba de la provincia del Ecuador y el Unafec de Kyungu wa Kumwanza de la provincia de Katanga. Pero en general se respetan y todo va bien. Hasta la mujer de Joseph Kabila ha venido a Katanga para apoyar a su marido y parece que lo ha hecho bien y ha gustado.
Para la gente de la calle el verse confrontada a escoger entre tanto candidato, -todos los árboles están cubiertos de fotos-, le produce un poco de desconcierto, pero eso no disminuye para nada su decisión de votar. Lo más impresionante de todo es su determinación a contribuir a que esta situación cambie, no saben muy bien cómo será pero tienen mucha esperanza. Se discute mucho sobre cuales deberían ser los aspectos primeros que el nuevo gobierno debiera afrontar, son tantos??, en realidad todo está por rehacer.
Una autoridad de nuestra iglesia diocesana comentaba que lo primero debiera ser terminar con la impunidad, que cada persona en su puesto responda correctamente a sus obligaciones y quien no lo haga sea destituido y juzgado. Después vendría todo lo demás. Pero a la Iglesia católica le preocupan especialmente las situaciones en las que el ser humano es esclavizado y destruido como ocurre actualmente con el problema de las minas, donde no hay contratos ni salario justo, ni seguridad?? y aún más terrible es el problema de utilizar para este trabajo a los niños de la calle, que fácilmente entran en las galerías y que cuando mueren aplastados nadie viene a reclamar o protestar.
Nos preguntamos si el nuevo gobierno pondrá orden y justicia en sus acuerdos con las sociedades mineras y si no lo hace, éste sería un punto importante de denuncia.
Los Obispos han escrito últimamente una carta que contiene un mensaje de esperanza dirigido al pueblo y una llamada urgente a los futuros dirigentes de la tercera república. Todos nos sentimos llamados a colaborar y contribuir a la reconstrucción de un nuevo Congo.