Aceite vegetal usado para fabricar jabón, ropa de segunda mano que se vende en un mercadillo y aporta recursos?? Son proyectos que reciclaje impulsados por Madre Coraje que sensibilizan en España y se convierten en desarrollo en Perú. A la sede central que la organización Madre Coraje tiene en Jerez de la Frontera llegan cada día litros de aceite vegetal que se han utilizado en casas particulares y restaurantes. A partir de ahí, se inicia un proceso de reciclaje que, además de preservar el medio ambiente, se ha convertido en una herramienta muy útil para promover el desarrollo.
?Muchos particulares nos traen el aceite de la freidora de casa en un bote y, con una furgoneta, recogemos el que utilizan en restaurantes y otros comercios. Luego, en nuestra ?fábrica de jabón? limpiamos el aceite. Con una parte se fabrica combustible, biodiesel, que vendemos aquí y con el que obtenemos recursos económicos, y con la otra fabricamos jabón??, explica María Iñigo, de Madre Coraje.
Sólo en 2006, esta organización, que tiene sus sedes principales en Andalucía pero que también cuenta con apoyos en ciudades como Toledo, Griñón (Madrid) y Pamplona, recogió 441.816 litros de aceite usado que se convirtieron en miles de pastillas de jabón, unas 1.360 por día. Todo este jabón se reutiliza en proyectos de prevención sanitaria en Perú, pero no es el único elemento reciclado que se aprovecha en iniciativas de desarrollo.
En sus sedes españolas, Madre Coraje recoge ropa, material escolar y libros, radiografías, cartuchos y tóners y máquinas de coser de segunda mano. Las radiografías y los cartuchos de impresora usados se venden a otras empresas para conseguir recursos económicos para los proyectos de desarrollo, mientras que otros elementos como el material escolar y las máquinas de coser se reparan y se hacen llegar a Perú. ?La ropa de segunda mano se recicla y se vende en los mercadillos que tenemos en varias delegaciones y que sirven de fuente de ingresos, mientras que la ropa que nos ceden empresas, etiquetada y nueva, se envía a los proyectos que nos lo piden en Perú??, señala María Iñigo.
En este país suramericano, Madre Coraje trabaja en las comunidades andinas de Huancavelica y Apurima, donde apoya proyectos de desarrollo que impulsan entidades locales y destina ayuda humanitaria. Las máquinas de coser y de escribir, los ordenadores, las herramientas de trabajo y los motores que se envían, por ejemplo, se utilizan en talleres de formación laboral para promover el empleo. Y también participa en proyectos de salud, producción, manejo de tierras y fortalecimiento organizativo que ya existen en las comunidades campesinas.
A lo largo de todo el año, además, la ONG envía contenedores con medicamentos, jabón, libros y material escolar que, como señala la entidad, contribuyen al ?desarrollo integral?? de numerosas familias y son un apoyo también para otros colectivos como la población desplazada, los enfermos o los ancianos.
Voluntarios de otras entidades
El reciclaje es para Madre Coraje una herramienta para apoyar el desarrollo de comunidades del Sur, pero también para promover el voluntariado en las ciudades españolas donde la entidad tiene sus sedes. Recoger el material de segunda mano, recuperarlo y dejarlo listo para enviar es la labor que realizan los voluntarios y voluntarias, personas que llegan a la entidad a título individual o a través de otras organizaciones locales.
Así, la tarea de empaquetar las pastillas de jabón que salen del reciclaje del aceite la comparten personas jubiladas que colaboran en Madre Coraje y personas con Síndrome de Down o con algún tipo de enfermedad mental que llegan de otras ONG. Muchas de las mujeres voluntarias que participan en la recogida y clasificación de la ropa, en cambio, han sido víctimas de violencia de género y tienen el apoyo de otra entidad local.
Alumnos, profesores y padres concienciados
A este trabajo a través de sus sedes se suma otra área de actuación que pretende llegar a niños y niñas, familias y profesorado mediante iniciativas de educación para el desarrollo en varias escuelas.
En estos momentos, 23 centros educativos de Cádiz, Sevilla, Huelva y Málaga participan en Tejiendo Redes, una iniciativa en la que participan profesores, alumnos y padres y que pretende educar en valores y hablar de temas relacionados con la solidaridad o el consumo responsable. Algunas de estas escuelas forman parte también del grupo de 15 centros que impulsan el proyecto Jóvenes Emprendedores, en el que el alumnado aprende a crear una asociación y elabora un proyecto social.
A estas acciones se añade la de Escuelas Solidarias, cuyo objetivo es crear en los centros los llamados ?Departamentos de Solidaridad? en los que un grupo de profesores se organiza para, a lo largo de todo el curso, trabajar cuestiones solidarias de manera programada. En la actualidad, la idea se lleva a cabo en niveles de infantil y de primaria.
La idea, apunta Javier Saborido, del departamento de educación para el desarrollo y sensibilización de Madre Coraje, es ?que los centros educativos utilicen las ONG como herramienta?? durante todo el año y no sólo en fechas puntuales.