Curia es la «casa del Kyrios» o Señor, con sus departamentos, habitaciones y servicios. En sentido estricto, en la Curia sólo hay un Kuros o Kyrios, y los demás son servidores. ?sta es una palabra que cuadra con la administración del Vaticano, que nació en su forma actual tras el Concilio de Trento.
Antes, la Iglesia de Roma tenía una administración patriarcalista, con sus valores y defectos, aunque en los últimos decenios había caído en un fuerte nepotismo, gobierno de clanes, nepotes, familias, según turnos papales. Pero, en un momento dado, en la segunda mitad del siglo XVI, cuando se organizaban los nuevos estados (España, Francia, Inglaterra), también el Vaticano quiso e instituyó un «gobierno racionalizado», con el Kyrios-Papa y sus delegados y administradores, como indicaré.
Esa administración curial ha funcionado, pero ahora parece absolutamente en Crisis, y no sólo, ni principalmente, por las declaraciones del Cuervo (que son puramente marginales, asunto de navajas que se dan en todo círculo de poder cerrado…). La crisis es muchísimo más honda,en clave social y, sobre todo, evangélica. O todo cambia (cesa y se recrea) en aquella Curia barroca (del 1588) y absolutista, o mal futuro tiene el Estado Vaticano con ella.
Para alumbrar algo el tema, con mi pequeño candil de pueblo, quiero ofrecer una breve reflexión sobre el origen de la Curia Actual. Para otro día pueden quedar otros temas, como su prehistoria (Reforma Gregoriana), sus trece poderes actuales… y su posible «liquidación».
(Ejemplos de liquidaciones recientes tenemos los viejos del lugar: la del Estado Franquista en España, la de la URSS etc). Buen día a todos… incluido el Cuervo.
((Nota: El cuervo-paraguas negro de la imagen es demasiado claro para ser verosímil. Por eso, los expertos buscan agentes dobles. El cuervo que sigue es de teatro, quizá más hermoso)).
Introducción particular
Ayer dije que este Papa quiere hablar de Jesús (¿podrá terminar la tercera parte de su libro Jesús de Nazaret?), pero la Curia sigue su dinámica de monseñores y submonseñores?? una rueda triste de comisiones y trabajos para salvar las apariencias de que se hace algo, cuando muchos pensamos que no es necesario que se haga de esa forma, ni en Roma, de manera centralizada, pues el 90% de las cosas que hace la Curia Vaticano no derivan del Evangelio, ni son convenientes para las Iglesia.
Algunas cosas no deberían existir ni hacerse (IOR, Estado Vaticano, nunciaturas…); otras deberían hacerse mejor, pero de otra forma (desde las mismas diócesis, o en forma de reuniones colegiadas…)
Ni el Papa anterior (Juan Pablo II), ni éste (Benedicto XVI) han sido capaces de entrar en la Curia, de eliminar todo aquello que sea directamente evangelio, de ?gobernar?? en transparencia y fraternidad??
Así, por ejemplo, todo el problema del Cuervo y los secretos del Vati-Leaks (a no ser los de normal privacidad) se arreglaría inmediatamente, publicando los papeles, directamente, sin esperar al pájaro negro, que también es de Dios. Se vería que las cosas no son tan malas, que la gente del Vaticano en general es buena, aunque el tipo de poder corrompe; son cuatro siglos y medio, en la misma línea, son demasiados y además responden al absolutismo post-tridentino del miedo, no a la libertad del evangelio
Lo mejor que pueden hacer el Papa y Bertone es poner todas las cartas sobre la mesa, todas (no esperar a que el Corvo la publique), menos aquellas que son de intimidad personal. Hace falta dejar de Gobernar como Curia, con un Kyrios superior con sus secretos y sus subordinados. La inmensa mayoría de los funcionarios del Vaticano podrían disolverse, pues sus funciones no responden al evangelio.
Por eso, me da gran tristeza el método del Corvo?? pero probablemente es bueno y necesario. Que mañana el Papa y Bertone digan: Estos son los papeles, aquí los tienen todos?? Esto es lo que hay, no tengamos miedo?? Deben acabar 450 años de iglesia post-tridentina. Por eso me parece bueno recordar el origen de la Curia actual, con su administración centralizada?? Nada, menos de 450 años, un ayer que puede pasar, para que encontremos caminos nuevos de administración evangélica. No para «no hacer», sino para hacer más y mejor, de forma evangélica, en las iglesias del ancho mundo cristianos
Nota previa, tras el Concilio de Trento:
Acabado el Concilio de Trento (1445-1563), la Iglesia Católica se organizó, desde su centro de Roma, cuidando de un modo especial su administración, su unidad y su doctrina. En este momento empezaron a introducirse en las parroquias y diócesis los ?libros?? de matrimonios y bautismos, de forma que se inicia, una era de racionalización burocrática de la sociedad, a través de la Iglesia. Al mismo tiempo se cuidó la formación intelectual y moral (personal) de los sacerdotes, creando para ello ?seminarios?? adecuados, y vigilando de un modo consecuente el celibato del clero. En ese contexto se inscriben las reformas de Pío V y, sobre todo, la estructuración de la Curia Vaticana, como órgano de gobierno del papa, que realizó Sixto V.
Pío V (1566-1572). Catecismo, Breviario, Toros (todavía sin curia)
Fue el primer papa después del concilio. Pertenecía a la Orden de los Dominicos, y había sido profesor de teología y gran inquisidor, famoso por su autoridad y su firmeza. Volvió a proclamar la supremacía absoluta de la Sede Vaticano sobre el conjunto de la Iglesia y de la sociedad, en una bula titulada In Coena Dominio (1568), que debía leerse y se ha leído en las iglesias católicas en la celebración de la ?Cena del Señor??, del Jueves Santo, a lo largo de dos siglos (aunque ya no se lee, las mismas cosas eternas pasan).
Pío V se propuso no sólo la reforma de la fe, tal como está condensada en el Catecismo Tridentino, promulgado bajo su mandato (1566), sino que quiso superar también los ?abusos?? y singularidades litúrgicas, publicando un manual uniforme de oración clerical y monacal (Breviarium Romanum, 1568) y, sobre todo, un formulario litúrgico también unificado para la celebración eucarística (Missale Romanum, 1570). Ambos, breviario y misal, se han seguido utilizando, con ligeros cambios, hasta el Vaticano II.
Pio V promovió, sobre todo, la reforma del clero, insistiendo en la creación de seminarios para su formación. También quiso ?moralizar?? las costumbres de la sociedad, especialmente en Roma (prohibición de la blasfemia, expulsión de las prostitutas etc.). Entre sus documentos hay uno en el que prohíbe, bajo pena de excomunión, la fiesta de toros (De Salute Gregis Domini, 1567). De un modo lógico, consciente de su poder sobre la Iglesia de España, el rey Felipe II prohibió la difusión de esa bula en sus reinos, por lo que las fiestas de toros se siguieron celebrando.
Sixto V (1585-1590). Curia vaticana
Pero más importantes y duraderas que las reformas de Pío V fueron las de su sucesor Sixto V (1585-1590), un papa de la Orden Franciscana, que se propuso racionalizar el gobierno de la Iglesia. Ciertamente, los papas habían tenido ya una buena organización, pero de tipo más bien ?familiar??, y, en los últimos tiempos, propensa al ?nepotismo??, es decir, al encumbramiento de sobrinos y parientes. Pues bien, siguiendo el modelo de los nuevos estados centralizados que estaban triunfando (Francia, España, Inglaterra), Sixto V creó la administración unificada de la curia romana (Bula Inmensa Aeterni Dei, 1588), que se ha mantenido con pequeñas reformas hasta la actualidad. ?ste es su preámbulo:
«La infinita sabiduría de Dios eterno, ha puesto en su creación una maravillosa armonía como arquitecto de todas las cosas, dando a cada una su propio fin, y uniendo todas entre sí en manera que todas se sirven recíprocamente. Así también ha dividido los habitantes de la Jerusalén celestial en diversos órdenes, de los cuales los más elevados iluminan a los otros para comprender mejor la voluntad de Dios. El ha dividido también el cuerpo de la Jerusalén militante a imagen de la triunfante en diversos miembros con su jefe, unidos por medio del vínculo de la caridad, que se ayudan recíprocamente.
El Romano Pontífice, que ha sido constituido cabeza visible del cuerpo de Jesucristo que es la Iglesia…, llama a sí a muchos colaboradores, ya sea los obispos… ya los cardenales, como miembros los más nobles y próximos al jefe, como los apóstoles con Jesucristo. Por tanto el Romano Pontífice, a ejemplo de Moisés, que por orden de Dios instituyó el senado de los 70 ancianos para que éstos junto con él se hicieran cargo del pueblo, divide el peso pontificio con los cardenales, siempre guiado por el pensamiento de que todos los que buscan refugio en la Santa Sede, tanto por piedad como para tutelar los propios derechos, para obtener favores, etc. lleguen seguros y puedan negociar más fácil y prontamente sus propios asuntos??» (Texto en http://www2.fiu.edu/~mirandas/immensa.htm).
Este ideario de fondo ha guiado la constitución de las 15 Congregaciones (Ministerios) del Estado Papal de la Iglesia, presididas por cardenales (9 para asuntos espirituales y 6 para asuntos temporales, mezcladas entre sí).
Léanse de nuevo estas palabras de la Bula fundacional de la Curia… Son hermosas, me sumo a ellas y canto de gozo; son platónica (neoplatónicas), son de Antiguo Testamento, son muy buenas… Pero tienen el simple defecto de no ser cristianas. No provienen de Jesús ni de su evangelio… ni son ya actuales (año 2013)…, pues hay otras visiones de la Administración y del Derecho.
Pero sigo con el tema:
Las Congregaciones debían reunir cada semana para tratar de sus asuntos; y cada semana debía reunirse también el consistorio (formado por los cardenales presidentes de las congregaciones), formado así una especie de ?consejo de ministros?? de la Iglesia, siempre al servicio del Papa, que tenía por si mismo toda autoridad. De esa manera ayudaban al Pontífice en el gobierno de la Iglesia. ?ste era el nombre y función de las 15 congregaciones, que han seguido, con variantes, hasta el momento actual (Recuérdese que estamos en los tiempos de Felipe II, el rey gobernador de las Españas):
1. Santa Inquisición Había sido instituida por Pablo III (1542). La presidía directamente el Papa, y tenía la finalidad de mantener la fe. Vigilaba las herejías, iba en contra de los abusos en la administración de sacramentos, y se ocupaba de luchar en contra de los cisma y de los pecados en contra de la fe (apostasía, magia, adivinación…).
2. Signatura Apostólica Llamada también ?Congregación de gracia??. Estaba bajo la dirección del Papa. Actuaba como Tribunal Supremo y como ?notaría apostólica?? de la Iglesia. Preparaba los documentos (Breves apostólicos, Bulas??) que debían proponerse para la firma del Papa.
3. Congregación del Consistorio Se encargada de la fundación de nuevas diócesis. Preparaba asimismo la agenda secreta del Papa, funcionando también como una especie de corte de justicia del Papa.
4. Congregación para asuntos económicos Solía llamarse la «annona» (arca, almacén??) y estaba encargada de vigilar las cuentas económicas de la Santa Sede y de distribuir limosnas a los pobres.
5. Congregación de ritos y ceremonias Era quizá la más significativa después de la Inquisición. Trataba de la canonización de los santos, de la preparación y corrección de los libros sagrados (pontifical, ritual, ceremonial, misales etc.) y organizaba todo lo relacionado con el culto.
6. Congregación para la defensa del Estado Pontificio. Se ocupaba del ejército del papa y especialmente de su flota, para limpiar la costa de piratas, defender a los peregrinos y garantizar de la seguridad pública.
7. Congregación del Índice de Libros prohibidos. Instituida ya por Pío V en 1571. Sus miembros debían completar y actualizar el elenco de libros prohibidos, para defensa de la fe católica, con ayuda de algunas universidades católicas más significativas (Salamanca, Lovaina, París y Bolonia).
8. Congregación para la interpretación del Concilio (de Trento). Sólo el Papa podría interpretar los decretos dogmáticos. Esta Congregación interpretaba los decretos disciplinares, teniendo que consultar con el Papa cada vez que lo hacía.
9. Congregación para los agravios en los Estados Pontificios. Recibía las quejas que los miembros del clero y los ciudadanos de los Estados Pontificios elevaban contra el funcionamiento del Estado.
10. Congregación para la Universidad de Roma En principio regulaba el funcionamiento de la Universidad de Roma. Pero pronto recibió el encargo de ocuparse de todas las universidades católicas, vigilando sobre su ortodoxia, especialmente en el campo de la teología y del derecho canónico.
11. Congregación de religiosos. Regulaba las cuestiones relacionadas con las órdenes religiosas, dirigiendo su funcionamiento, el paso de los religiosos de unas órdenes a otras, la exclaustración etc.
12. Congregación de los obispos. Se ocupaba de todo lo relacionado con los obispos y demás ?prelados?? en el gobierno de las iglesias; proponía candidatos para visitadores apostólicos y para vicarios apostólicos, y se ocupaba de la inmunidad eclesiástica y de los bienes de la Iglesia.
13. Congregación de calles, puentes y aguas. Se encargaba de las obras públicas del Estado Pontificio, actuando como un ministerio de fomento.
14. Congregación para la Tipografía Vaticana. Estaba encargada de imprimir sin errores los libros eclesiásticos, en especial las biblias en hebreo, griego y latín; publicaba los decretos pontificios y los documentos de los concilios ecuménicos y de los Santos Padre.
15. Congregación de la consulta. Se ocupaba de resolver las dudas y conflictos, especialmente en causas civiles y criminales para los ciudadanos del Estado Pontificio.
De esa manera, con la ayuda de quince congregaciones o ministerios, la Curia Vaticana pudo racionalizarse, superando el peligro anterior del nepotismo y la improvisación, con un cuerpo de funcionarios estables. La iglesia romana con su Papa vino a convertirse de esa forma en un Estado Religioso bien establecido, con una burocracia eficiente, encargada de solucionar la mayor parte de los problemas de los católicos del mundo y del propio Estado Vaticano. Esa centralización administrativa resultaba necesaria, dentro de una visión absolutista de un papado, que debía resolver, de un modo directo, casi todos los aspectos de la vida de la iglesia.
Esta burocracia profesionalizada de la Curia hizo posible el surgimiento de una época de estabilidad para una iglesia que, libre ya de la tutela de los reyes bizantinos (siglos IV-VII) y de los carolingio-germanos (siglos IX-XV), pudo actuar con más independencia ante el resto de Europa y del mundo. De todas formas, por su misma falta de un ejército capaz de ganar grandes guerras, el Papa vino a quedar sometido, en otro plano, a las naciones católicas más significativas (España, Francia y Austria), que defendían sus propios intereses, tal como lo muestra claramente el derecho de veto que los reyes asumieron en el tema de las elecciones papales.
Pero el tiempo de la Curia ha terminado…
Ciertamente, algunas pequeñas oficinas pueden quedar,pero pequeñas, y no para intervenir en el mundo entero, sino sólo como signo de fraternidad entre las Iglesias….
Lo que ha de hacer el Papa, y ha de hacerlo bien, es ser buen obispo de Roma, dando así ejemplo a todas las iglesias…
Pero ¿cómo podrá empezar la reforma-refundición-abolición de la Curia? Deberá pensarlo el mismo Papa y los que andan por allí, si son capaces de auto-disolverse, para que la Iglesia sea comunidad de comunidades… Pero de esto se podrá tratar otro día.