Queremos apelar al rol social de la Iglesia en una Universidad que se precia de ser Católica y Pontificia.
Frente a la casi nula opinión emitida por la Iglesia Católica con respecto al movimiento estudiantil que cada vez alcanza mayores proporciones a lo largo del país, hacemos esta Carta desde una Universidad Católica para pedir a la Iglesia Católica no sólo su opinión, sino buscando su apoyo basado en el rol social de la Iglesia.
En primer lugar, aunque se diga que dentro de las tomas de nuestra Universidad, por ejemplo, no hay Comunidad (razón argumentada para evitar la celebración de la Santa Misa, para pedir por la educación), en Mt 18,20 el mismo Jesús señala que:»Donde dos o más están reunidos en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos», por lo tanto, argüir una falta de Comunidad, en donde existen jóvenes cristianos, católicos y gente que aún sin religión oraría por la educación, es un argumento inválido a nuestro parecer.
Queremos apelar al rol social de la Iglesia, más aún en una universidad que se precia de ser Católica y Pontificia. Si bien el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia defiende el sistema libre mercadista queremos hacer notar que como este se está planteando a la educación, buscando lucrar de forma descarada con los jóvenes provenientes de familias de sectores medios bajos de la sociedad es como la balanza falsa; dice Salomón: ?la balanza falsa es abominación al Señor, pero el peso cabal es su deleite??. (Prov. 11:1).
¿Qué justicia puede haber en un joven que se endeuda infinitamente para poder pagar un Crédito para poder seguir su vocación? ¿Qué justicia tiene una educación que se precia en lucrar? La educación chilena tiene oportunidad aún, de recibir a Cristo Jesús en su casa, y aceptar la justicia, la equidad, tal como hizo Zaqueo, que al ver al Señor se arrepintió del lucro injusto que había generado en su condición de publicano.
Y es que si queremos encontrar el fin último de la moral cristiana, el bien común, no podemos, no mientras Apelamos a la búsqueda del cristianismo como lo entendería Nuestro Señor Jesucristo; por lo mismo creemos que es inconsecuente que se lucre en una Universidad Católica cuando ?l mismo buscaba justicia y equidad en los negocios, que es en lo que prácticamente se ha convertido la educación actual. ¿Dónde queda la conciencia social de la Iglesia, esa misma que la llevo, hace 120 años atrás a escribir la Encíclica Rerum Novarum? Manteniendo el enfoque social que pedimos prime nuevamente en la Iglesia, su Compendio alude a la promoción del diálogo.
Las autoridades de la PUCV se dicen abiertas al diálogo, pero ¿dónde queda el diálogo en el sitio en el que no hay respuesta? Adoptamos la toma, como medida de presión, no como un fin en sí mismo, y en ninguna forma optamos por la violencia. Recalcamos una de muchas respuestas otorgadas a esta catalogación: la violencia existe en la discusión en las mesas de trabajo sobre los problemas de la educación, sin que exista ninguna respuesta en concreto. ¿Dónde queda el diálogo?
Entonces, si bien se nos dice en Mt 7, 7-12: ?Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra; o si le pide un pez, le dé una culebra? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan!??
Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas, cuando pedimos buena educación, democratización, fin del lucro y mejoras en los servicios prestados por la Universidad, se nos dan culebras de respuestas, en vez de peces.
Por eso nos movilizamos y tomamos nuevas medidas, buscando respuestas efectivas, y que nuestras palabras no sean como la semilla que cae y no muere, sino que es comida por los pájaros sin dar fruto, fruto que esperamos beneficie, no sólo a nuestra generación, sino a todos(as) los(as) jóvenes del país que buscan oportunidades para estudiar y desarrollar sus talentos. ?Porque la raíz de todos los males es el afán de dinero, y algunos, por dejarse llevar de él, se extraviaron en la fe y se atormentaron con muchos dolores??. (1 Tim 6, 10).
Esperamos que la Iglesia Católica no caiga en este mal, para que no se desvíe la Fe desde arriba, porque en la misma carta a Timoteo, los Obispos, quienes tienen que guiar la pastoral social, tienen que ser desprendidos del dinero, en ánimo de seguir lo que Cristo Jesús nos dice: ?Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero??.
¿Qué es lo que realizan las autoridades de la Iglesia Católica, y de las universidades católicas? Quisiéramos por favor que nos expliquen la forma en que aman a Dios y al Dinero sin contradecir las Sagradas Escrituras, a ver si mejoran todas las cosas en el mundo.
Porque el tiempo de luchar por una educación hacia lo social, para construir una sociedad mejor, es ahora! No vaya a ser que nos arrepintamos de haber pecado de omisión, porque así como no hay peor ciego que el que no quiere ver, no hay lucha perdida sino aquella que nunca se ha comenzado a lidiar.
El tiempo es ahora. ¿Cuál es la opinión de la Iglesia Católica? ¿Seguirá guiando a su pueblo, bajo los preceptos de Dios o cambiará de amor y abrazará al dinero? Esperamos sea la primera, y por ello apelamos al Rol Social de la Iglesia, para que esta abrace a los Hijos de Dios, y a todos quienes recibimos educación, no sólo en la Universidad que se precia de ser Católica, sino en toda educación, por ello nuestras demandas.
Estudiantes en Toma PUCV – Valparaíso. 21 de junio de 2011