DESDE BUKAVU:
El miércoles 29 de octubre la Sociedad Civil del Kivu-Sur organizó una marcha pacífica en Bukavu, -a la que se sumaron las iglesias y los partidos políticos-, en el XII aniversario de la toma de la ciudad por las fuerzas armadas ruandesas, para recordar especialmente al obispo Munzihirwa y exigir medidas eficaces de paz ante el recrudecimiento de la violencia.
Una inmensa muchedumbre recorrió las principales calles de Bukavu, bajo el lema, ?No a la guerra, Si a la PAZ??, ?No a la MONUC, Si al Programa AMANI?? (Paz), para expresar su indignación por la situación que viven tanto en el norte como en el sur del Kivu, ante la indiferencia de lo que llamamos Comunidad Internacional. Se leyó un memorando que luego se entregó en mano al gobernador de esta provincia, para que se lo entregara al presidente de la nación, Kabila.
En él se denuncia el recrudecimiento de la inseguridad causado por los rebeldes del general Nkunda, la complicidad y traición de algunos elementos del ejército y de la policía, la desconfianza hacia la MONUC, las violaciones y otros abusos. Son los mismos intereses de 1996 que callaron la voz del profeta, los que hoy han vuelto a desencadenar la guerra que tanto sufrimiento y muerte está causando en esa Región.
DESDE MADRID:
Bajo el título de ?La mentira del Norte oculta la injusta realidad del Sur??, nos reunimos en Madrid, en la Parroquia de san Juan de Ávila, -que se ha convertido en lugar habitual de encuentro- para celebrar este aniversario, en el que siempre recibimos una cálida acogida por parte de toda la comunidad.
José Carlos Rodríguez presidió la mesa redonda en la que habló sobre el tema: ¿Por qué el silencio sobre la situación en R.D.Congo, Ruanda y Uganda? Lo hizo desde su experiencia vital en la tarea de reconciliación en Uganda entre las distintas facciones en conflicto en el Norte y el Sur del país.
La celebración de la Eucaristía estuvo dominada por los sentimientos de dolor ante la guerra que está extendiéndose por el este del Congo, -miles de desplazados vagando sin protección, silencio cómplice de los países del Norte con intereses políticos, geoestratégicos y económicos en el país, pasividad y partidismo de las fuerzas de paz de la ONU, violaciones de todo tipo-, y, al mismo tiempo se hacía presente la solidaridad y la admiración profunda ante el pueblo que resiste y sigue manifestándose con valentía, pidiendo la paz con justicia. Esta audacia nos fortalece y motiva a seguir cercanos a ellos cada día más, hasta conseguir la tan anhelada paz para su país.
El broche final lo pusieron unas palabras con las que se nos instaba a ?resistir a la impotencia, a construir desde nuestras posibilidades un mundo nuevo más justo y solidario, a mantener la esperanza, contra viento y marea. Para que se haga realidad otro