Carta abierta a Fernando Lugo, ex obispo y Presidente de Paraguay -- Pere Barceló Barceló

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Somac

Llegan voces desde todos los ángulos del Planeta. La mayoría elogiosas, otras, cortas de miras, en contra de un ciudadano, que ha apostado por responder en conciencia, más allá de reglas canónicas y de actitudes políticamente correctas.

Responder a la conciencia ? más allá del sentir costumbrista común – no es algo que esté de moda. Supone riesgo, dejar parte de lo diariamente vivido, echarse casi desnudo en un mar embravecido, pero a la vez supone seguridad en la decisión, haberse armado hasta las uñas del valor de convicción para ganar como sea, (siempre pensando en aquellos en los que pensaba Jesús, los más pobres, para ganar la batalla contra la que uno está persuadido rotundamente de que va a triunfar.

A Fernando Lugo, le llamaron el obispo de los pobres, el protector de los sin tierra, la voz de quienes no se les dejaba tener voz.
Alguien le ha dicho que la llamada de Dios es prioritaria a cualquier otra voz.
Fernando responde que ésta también es llamada de Dios.

De alguna pluma española ? para mayor INRI – de izquierdas anticlerical, he leído que se lamenta que
otra vez sea el mundo clerical el que se lance a una demencial aventura social nunca estrenada en estos términos.

Pero, amigo periodista español, el electo presidente Lugo no asume el poder desde el clericalismo, sino
casi expulsado de él, como Ud. mismo antiguo cristiano rebotado de una iglesia, de la cual seguramente Vd. no ha sido capaz de apostatar.

Personalmente aplaudo, me entusiasma, me fortalece saber que una persona como Lugo, desde su teología de la Liberación, deje sus mitras, sus báculos, sus catedrales y asuma con sus actos, con su personalidad, con su creencia evangélica, dentro (o fuera?) de una iglesia cada vez más alejada del mundo de los pobres, se incorpore desde una vara de mando, sin corbata, con zapatillas, al quehacer diario de construir hornos para cocer pan, tierras con técnicas y herramientas para producir trigo y viandas, escuelas para que dejen en sus puertas tanto analfabetismo y con sentido de patria, todos los paraguayos que están lejos de su hogar, retornen gozosos, porque en sus tierras guaraníes hay pan para todos y justicia también para todos.

Desde las tierras hermanas de Mallorca y España os mandamos, Fernando presidente, un mensaje de ánimo y esperanza.
Con vuestra postura comprendemos mejor el evangelio de Jesús.

Pere Barceló Barceló,
Puigpunyent-Mallorca-Illes Balears

¡Sr. Presidente! Los que os queremos desde España, tanto nativos como inmigrados,
ESPERAMOS MUCHO DE VD. ¡¡¡NO NOS DECEPCIONE!!!