Unos 30 presbíteros dirigen un escrito de análisis de la diócesis al Arzobispo, en cuyo entorno se teme la creación de un «sínodo paralelo»
Un escrito dirigido al arzobispo Carlos Osoro, en el que se le pide que reflexione sobre su modo de regir la diócesis ovetense, ha sido el primer fruto del foro de reflexión creado meses atrás por un grupo de sacerdotes asturianos.
El escrito, de unos tres folios, ha sido dirigido al Arzobispo con el fin de que lo reciba al comienzo de la Semana Santa. Del texto, rubricado por unos treinta sacerdotes, sólo circula una copia para evitar la difusión de su contenido, ya que el grupo pretende que sea «para su reflexión personal, y a partir de una reflexión limpia, y de un texto limpio», según indicó a LA NUEVA ESPAÑA un sacerdote conocedor del escrito.
Por parte del Arzobispado, personas próximas a Osoro indicaron que el prelado tiene conocimiento de la existencia de este grupo de reflexión e «intuye que hay un escrito en camino». Concretamente, los colaboradores de Osoro temen la creación de un denominado «sínodo paralelo», es decir, que dicho grupo opere mientras la Iglesia de Asturias está siendo convocada a la celebración del sínodo diocesano. Por otro lado, el propio Osoro se refirió esta semana -durante la reunión del consejo del presbiterio en Covadonga- a algunos sacerdotes con frecuente presencia en los medios de comunicación, de los que dijo: «escriben más que Menéndez Pelayo».
Respecto al escrito remitido al Arzobispo, «está planteado como una propuesta de análisis sobre la situación de la diócesis, y en la reflexión se tiene presente la eclesiología del Concilio Vaticano II», indicó el citado sacerdote.
«Es una visión crítica, pero respetuosa y correcta, en la que se le pide reflexión al Arzobispo, ya que se está dando cierto desencanto en los sacerdotes asturianos por las formas de su Episcopado», agregó.
Con «formas suaves y citas de la teología conciliar», el texto repasa la historia de las últimas décadas de la diócesis de Oviedo y plantea la existencia de una ruptura con esa tradición durante el pontificado de Osoro, particularmente en el área social. «Hay una historia de la Iglesia de Asturias que no se puede olvidar», señala el referido sacerdote. En esta misma línea, el texto habla del vaciamiento en la diócesis de estructuras existentes cuyo sentido ha sido desplazado en aras de un cierto personalismo.
El escrito también se refiere a las presencias o ausencias del pastor de la diócesis en determinados espacios, y señala particularmente el punto de su fuerte presencia en los ámbitos oligárquicos de Asturias, «con un estilo que no convence a la mayoría del clero», apunta el citado sacerdote.
El texto reflexiona igualmente sobre la elección de personas y los nombramientos en la diócesis, así como sobre el cese de personas válidas.
Importantes áreas diocesanas, como el seminario, Covadonga o el monasterio de Valdediós -cuya comunidad cisterciense se anuncia suprimida- también son objeto de análisis en el escrito del grupo de sacerdotes.
«Recogemos cómo honestamente vemos la diócesis y lo cotejamos con la eclesiología del Concilio, y lo hacemos ante el sínodo que se va a celebrar de Asturias», concluyó el mismo sacerdote