Se impuso la línea del cardenal Rouco, pero menos. No salió el candidato auspiciado por el sector moderado del Espiscopado, Julián Barrio, que pese a todo obtuvo 11 votos. Pero el cardenal de Madrid no pudo colocar a su candidato, el arzobispo de Toledo Braulio Rodríguez, que no obtuvo voto alguno. Se empeña Rouco Varela en «quemar» al primado, que ya ha quedado fuera del Ejecutivo en dos ocasiones.
Decimos que, pese a todo, se impuso el cardenal Rouco, porque Asenjo es un hombre muy cercano al presidente del Episcopado, cuyo voto oscilará siempre hacia las tesis de Rouco. También conocido por todos desde su etapa de portavoz. De este modo, se equilibra un Comité Ejecutivo que, grosso modo, está formado, de un lado, por Rouco, Camino y Asenjo; y por el otro, por Blázquez, Sistach y Del Río, quedando Carlos Osoro en el medio.
En el máximo órgano decisorio de la Iglesia española entre Plenarias, el cardenal Rouco tendrá que seguir negociando. Lo cual no es mala noticia. Sí lo es que, una vez más, Julián Barrio sigue sin ser reconocido por sus hermanos obispos, y en cierto modo ninguneado por quien fuera su antecesor en Santiago de Compostela. Al menos, a Barrio le queda el consuelo de contar con un obispo auxiliar el próximo año. A no ser que se mueva demasiado, claro…
