«Hermano dame tu mano/vamos juntos a buscar/una cosa pequeñita/que se llama libertad». La canción de J. Sánchez y J. Sosa, en la voz imperiosa de Mercedes Sosa denota bien el intenso legado de amor a la vida, resistencia y deseo de libertad dejado por la cantora, que murió ayer a los 74 años, en Buenos Aires, Argentina.
Ícono latinoamericano, Mercedes Sosa estaba internada desde el día 18 de septiembre por problemas hepáticos. En los últimos días presentó un cuadro más preocupante, con complicaciones pulmonares que debilitaron sus órganos vitales.
Considerada la voz de la canción de protesta en los años 70 y 80, la cantora actuó intensamente en la resistencia contra la dictadura. Fue exilada e incluso así no dejó de brillar en los escenarios de todo el mundo. Durante 60 años de carrera, la cantora circuló por diversos géneros musicales, tanto que en su último álbum, que no llegó a ser lanzado oficialmente, tenía participaciones de artistas como Caetano Veloso, Shakira y Joan Manuel Serrat.
Sosa fue una de las voces más representativas de la música popular argentina y de América Latina y aún con su eclecticismo la cantora mantuvo una fuerte vinculación con el folclore, música argentina característica del interior.
El cuerpo de la artista fue velado en la sede del Congreso Nacional, en Buenos Aires. Hoy el cortejo fúnebre se dirigió hacia el cementerio de La Chacarita, donde una multitud de fans, artistas y admiradores la esperaba. Después del acto religioso, el cuerpo de Mercedes fue cremado en una ceremonia íntima. Las cenizas de la artista serán esparcidas por la ciudad de Buenos Aires, Mendoza y Tucumán, su provincia natal, tal como fue su deseo en vida.
Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com