La Federación de Sindicatos de Trabajadores/as de la Enseñanza de Aragón (STEA) salió ayer en defensa de la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía, que comenzará a impartirse este curso en la Comunidad autónoma. STEA no sólo pidió respeto para el profesorado que impartirá esta materia, sino que incluso abogó por aplicar sanciones a aquellos centros que animen a los padres a la objeción de conciencia o que no ofrezcan la asignatura.
En este sentido, se mostró partidario de retirar los conciertos a aquellos centros que reciben dinero público si no respetan las condiciones establecidas legalmente. Según explicaron ayer en un comunicado, estos profesores desempeñarán la función de enseñar y educar, «no de adoctrinar».
«Escuela laica»
En cuanto a la objeción de conciencia hacia la asignatura, que se está planteando desde algunos ámbitos, la organización la considera «inviable», al tiempo que destaca que ha sido introducida en el currículo escolar con el respaldo de la mayoría democrática y en consonancia con lo establecido en los países del entorno, con el «principal propósito» de que el alumnado conozca e interiorice los derechos humanos fundamentales.
Aprovechó, además, para agitar la bandera de la «escuela laica» y arremetió contra el hecho de que en un Estado aconfesional la religión católica se imparta en horario escolar y «se discrimine» a quienes optan por no dar religión.
Más de 220.000 alumnos comenzarán el curso escolar 2007-2008 en Aragón a partir del lunes día 10, un 3,5 por ciento más que el anterior, incremento que se ha producido en las tres provincias y que se debe al aumento de la población y de la demanda de plazas en colegios públicos y concertados, según los datos que ofrecieron ayer el director general de Administración Educativa, Felipe Faci, y la directora general de Política Educativa, Carmen Martínez Urtasun.