Oswaldo Guayasamín, Torso desnudo de la serie «La edad de la ternura»
Péina ápe / aheja che ñe??. / Toveve / toipykúi / tekove rape…
(Aquí está/ aquí dejo mi voz. Que vuele / que emprenda / el camino de la vida…)
Félix de Guarania, ?¡Pehendu che ñe’e!?? (?Escuchen mi palabra??), 1989.
Del poemario guaraní Tojevy kuarahy (Que vuelva el sol)
Queridos compañeros y compañeras de camino??
Quiero compartir con ustedes una opción que me libera y humaniza. Muchísimas veces en los últimos dos años me he planteado el fin de mi vínculo con la Iglesia católica. Es la hora.
Quienes de ustedes me conocen personalmente ?habiendo sido posible intercambiar nuestra experiencia, reflexiones y sueños- y también quienes de ustedes han podido seguir los textos que he hecho circular en este tiempo, sin duda sabrán comprenderme. No puedo ni quiero que mi presencia o mi palabra avalen la ideología, la praxis y los privilegios de esta institución. Nunca más.
Escribía en enero Nicolás Alessio, el cura cordobés expulsado de la institución por expresar su apoyo al matrimonio civil para tod@s: «La institución Iglesia no solo es funcional a las ideologías de dominación, si no que forma parte de esas mismas ideologías. En este sentido, debe ser denunciada, desenmascarada y combatida?? (??)?? ya no nos interesa más nada de todo lo que tenga que ver con aquel ?rostro?? antievangélico de la institución, su ritualismo, su dogmatismo, su canonicismo, su burocracia. Pero sí nos interesa esa institución en la medida que hace daño a la conciencia ética de la humanidad, queriendo imponer un modelo cultural de dominación, aunque se revista del ropaje lingüístico actualizado.» Sus palabras reflejan cabalmente lo que pienso, siento y expreso después de un largo camino de búsquedas e interpelaciones a mis propias convicciones y vivencias.
Dado que mi vínculo con ustedes se desplegó a partir de una pertenencia común a la parroquia Santa Cruz y sus diferentes espacios (intra y extra territoriales), entonces me siento obligada a preguntarles si están de acuerdo, si tienen ganas de seguir recibiendo el material que me complace compartir con ustedes vía mail. Lo hago encantadísima: como acordamos alguna vez con cada uno, con cada una, que la utopía sea ahondar y ampliar nuestra conciencia de humanidad, y vivir apasionadamente, agradecidos y comprometidos, allí donde la Vida nos encuentre o despierte, atreviéndonos a dejar nuestra huella en el barro de la Historia. Empujando todos juntos, y en memoria de quienes amorosamente y con coraje nos precedieron e inspiran, la urgentísima tarea de recrear este mundo en justicia y solidaridad.
Respetando profundamente esta decisión de ustedes, tan personal y valiosa como la mía, entonces liberaré de los envíos a quienes me lo pidan.
No dudo en seguir fecundando de otros múltiples modos nuestra común-unión.
En camino hacia la Tierra Sin Mal.
Un abrazo muy fuerte
Mariana Núñez
Buenos Aires, 18 de marzo de 2011
(Información recibida de la Red MUndial de Comunidades Eclesiales de Base)