A nuestro modo de ver, la presencia del papa, en concreto en esta visita de Agosto a Madrid, es la que es, no la que debería ser, ni la que nos gustaría que fuese, sino la realidad de su presencia. Resulta que llega, de esta manera:
* El papa no viene como Jefe espiritual de los creyentes, sino que viene con todo el poder y boato propios de un hombre de Estado,
* Como viene revestido de omnímodo poder y encumbramiento personal,
* Como viene como jefe de Estado, y no como autoridad moral y religiosa,
* Como viene como monarca absoluto, y no como símbolo de unidad de una institución democrática,
* Como no es vicario de Cristo ni de Dios,
* Como está asociado a los poderes económicos y políticos, y no comprometido con los excluidos y víctimas del sistema, en medio de una crisis con 5 millones de parados,
* Además, aparece como garante del mantenimiento de los actuales privilegios de la Iglesia católica en España, en los Acuerdos firmados con el Estado español en 1979,
Como el papa viene de este modo, por todas estas razones, nosotros y nosotras, parte integrante de la Iglesia católica en España,
¡NO QUEREMOS RECIBIRLO!
Junio de 2011