El Consejo Episcopal Latinoamericano advierte que no hay suficientes sacerdotes en el continente y apela a las catequistas
Si no recurre a laicos ?hombres y más mujeres? para evangelizar, la Iglesia católica continuará perdiendo fieles porque ya no cuenta con sacerdotes suficientes, reconoció Raymundo Damasceno Assis, arzobispo de la ciudad de Aparecida, Brasil, y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam).
«En toda América Latina no hay sacerdotes suficientes, hay que trabajar en la pastoral vocacional porque hay vocaciones, pero es necesario abrir el espacio para los laicos, no sólo porque falten sacerdotes, sino porque es un derecho y un deber de los laicos en virtud de su bautismo», comentó.
En entrevista con Excélsior, el mitrado dijo que la participación del sector femenino, particularmente como catequistas en la nueva evangelización del continente, es fundamental para el futuro de la Iglesia; sin embargo, apuntó, todavía no es tema de discusión el que pueda haber ministras de culto.
«No solamente en México, sino en toda América el mayor número de catequistas son mujeres, pero ahora hay muchos jóvenes asumiendo esta tarea en la Iglesia; no sólo las mujeres, pero es un deber de todo bautizado y de todo confirmado, por lo tanto no hay distinción entre mujeres y hombres, todos son llamados a participar en la misión de la Iglesia».
?¿En un futuro podría abrirse la posibilidad de que la mujeres tuvieran mayor participación en la Iglesia o ello se mantendrá inamovible, incluso que haya ministras de culto? ?se le cuestionó al arzobispo.
?El documento de Aparecida habla claramente de que hay que dar más espacios en organismos hasta de decisión a las mujeres; de hecho ya hay, en la Curia romana hay muchas mujeres que trabajan en las conferencias episcopales.
«Están ahí presentes para dar su aporte, pero no se habla de ordenación de mujeres, no es necesario porque la mujer tiene su papel, su función propia como mujer en la Iglesia, en la sociedad, no es necesaria la ordenación, no es un tema que esté a discusión en este momento», explicó.
De visita en México, el representante de los arzobispos y obispos del continente ante el Vaticano, comentó que «la Iglesia debe salir a las calles, dejar los templos y llevar la palabra de Dios a las casas», pues si continúa encerrada en el interior de los muros, «no tendrá futuro».
«Nosotros en Aparecida planteamos grandes retos: es necesario que la Iglesia sea cada vez más misionera en el sentido de que ella es portadora del mensaje de Jesucristo, y para todos los hogares, y para esto nosotros optamos por priorizar mucho la formación de los discípulos, sean laicos o sean ministros ordenados, para que ellos también puedan contribuir y aportar para la misión de la Iglesia.
«No sólo deben promover a la Iglesia (sino aportar) en la empresa, en los medios de comunicación, en la cultura, en las universidades, en los sindicatos, en la familia, en los servicios de pastorales como la catequesis, sobre todo, para formar y educar a los niños, jóvenes y adultos en la fe», indicó.
Por otra parte, el arzobispo de Aparecida consideró que la legalización del aborto en la Ciudad de México debe analizarse con cuidado para que este tipo de ordenamientos no se generalicen en otras partes de América Latina.
«Siempre hay tentativas en los congresos de cada país de elaborar leyes que afectan la vida humana; muchas veces se va en contra de la organización familiar. Creo que cada país tiene sus decisiones y espero que eso no se extienda en América Latina, y tenemos que trabajar mucho ahora para distinguir lo que es legal y lo que es ético y moral», expuso.
Indicó que en Brasil no han prosperado las iniciativas legales para permitir la interrupción del embarazo y explicó que en ese país sudamericano sólo se permite el aborto cuando está en riesgo la vida de la madre y en caso de violación.
«Aunque también esta la objeción de conciencia para que los médicos tengan el derecho de actuar según su conciencia, su formación cristiana o católica, y siempre pensaremos que el ser humano tiene derecho a vivir y no se pude suprimir este derecho desde la concepción hasta el fin natural.»
Damasceno Assis lamentó el aumento de la inseguridad y de la violencia en América Latina, y puntualizó que si este flagelo no es detenido, los países de la región no podrán alcanzar un desarrollo pleno y continuará la pauperización.
(Información recibida de la Red MUndial de Comunidades Eclesiales de Base)