Adital
Comunicado de la diócesis de San Marcos ante el estado de prevención implementado por
el gobierno en algunos municipios de San Marcos. Mons. Álvaro Ramazzini Imeri. Obispo de San Marcos.
El conflicto armado vivido en Guatemala ha dejado una secuela difícil de erradicar; el uso de la violencia se ha impuesto como medio de solución de conflictos, incluso en las instituciones oficiales, demostrado en los desalojos violentos de las fincas.
En el departamento de San Marcos, los efectos del conflicto armado se ponen de manifiesto en las distintas formas de violencia que vivimos: linchamientos, asesinatos, violencia en las familias, incapacidad de resolver los problemas con el diálogo y el uso de la razón.
Hay también una violencia fruto de una estructura socio económica injusta, antigua y permanente: es la violencia de la pobreza que obliga a la emigración y hace caer a hermanos campesinos en la tentación de ganar dinero sembrando amapola o marihuana ya que la mayoría de ellos sufren de las consecuencias de una injusta distribución en el uso y tenencia de la tierra; es la violencia del crimen organizado y el narcotráfico que carcome las bases de una convivencia pacífica y segura, alimentando la codicia, la ambición y la búsqueda del dinero fácil.
Por otra parte existen en el departamento líderes negativos que no son capaces de sentarse a dialogar y buscar razonablemente una salida a los problemas comunitarios e intercomunitarios. Tal es el caso del conflicto entre aldeas de Tajumulco y aldeas de Ixchiguan, presente desde hace años, en el que algunos líderes del municipio de Tajumulco han incitado a quemar viviendas en el caserío 11 de Mayo y a destruir el sistema de agua potable de la aldea Tuichán, en el municipio de Ixhiguán y han impedido a los pobladores de Tajumulco puedan los días miércoles ir libremente al mercado de San Sebastián.
A esta situación hay que añadir la presencia de personas fuertemente armadas por esos lugares.
Ante tales abusos la población afectada ha venido exigiendo a las instituciones del Estado justicia y protección pues es un deber de éste garantizar la seguridad de los ciudadanos (art. 47).
Por ello el gobierno de la República declaró el 28 de agosto el Estado de Prevención en los municipios de Concepción Tutuapa, Ixchiguan, San Miguel Ixtahuacan, Tajumulco y Tejutla.
La Diócesis de San Marcos, a través de la Oficina de Derechos Humanos, ha verificado que los allanamientos los realizan las fuerzas de seguridad acompañadas de 22 fiscales y varios jueces para que se efectúen de acuerdo a la ley.
Reconocemos que es una obligación del Estado garantizar la seguridad y fortalecer el Estado de Derecho en todo el departamento ya que el Estado tiene la responsabilidad de edificar el bien común, el cual consiste «principalmente en la defensa de los derechos y deberes de la persona humana» (Juan XXIII, encíclica La Paz en la tierra, 273). Pero también las personas particulares tienen el deber de ayudar a alcanzar este bien común y lo hacen cuando cumplen con sus deberes de ciudadanos.
Conscientes de los riesgos que la implantación de un Estado de Prevención conlleva, queremos estar atentos para que no se violen los derechos humanos y no haya abusos de poder. Confiamos en la rectitud de las autoridades para que las acciones exigidas y permitidas por el Estado de Prevención queden dentro de los límites establecidos por la ley. Si se diera algún abuso o extralimitación, estamos dispuestos a denunciarlo delante de las autoridades para que tal situación sea corregida a través de la Oficina de Derechos Humanos del Obispado.
Esperamos que las autoridades actúen con sumo respeto a la población y a sus derechos.
EXIGIMOS: Al Congreso de la República que emita lo antes posible el decreto legislativo que delimite el territorio entre los municipios de Tajumulco e Ixchiguan.
Asimismo esperamos que las familias desalojadas hace meses de sus casas quemadas en el Caserío 11 de mayo sean reinstaladas y protegidas por las autoridades respectivas par que no se vuelva a dar la triste situación ya mencionada.
Instamos a la Secretaría de Planificación General a que continúen con los esfuerzos de implementar un plan de desarrollo Integral que ayude a sacar de la pobreza a tantas personas en el departamento de San Marcos, el cual tome en cuenta que no es la minería de oro y plata la opción querida por las comunidades del departamento y sobre todo que se priorice lo relativo al desarrollo rural.
Desde nuestra fe en el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo deseamos, y pedimos a Dios Padre Nuestro que logremos vivir en paz y tranquilidad en esta querida región de San Marcos.
Exhortamos a los hombres y mujeres de buena voluntad y a los creyentes en nuestro Señor Jesucristo a convertirnos en constructores eficaces de la paz y la justicia.
Que María Santísima Madre de nuestro Señor Jesucristo y nuestro patrono San Marcos intercedan por nosotros para tener bienestar, seguridad y armonía.
Este comunicado está aprobado por el Obispo y el presbiterio de la diócesis de San Marcos, durante los días de ejercicios espirituales en Karmel Juyú, San Andrés Semetabaj, el día 1 de septiembre de 2006.