Cuando Lutero en 1517 colgó en la puerta de la catedral de Wittenberg sus 95 tesis sobre las indulgencias, anidaba en su interior un profundo desasosiego: cómo alcanzar un Dios misericordioso. De ahí que las indulgencias no eran otra cosa que una pretensión maniquea de obtener la salvación por propios méritos y con las indulgencias, para él, se venía abajo la posibilidad de alcanzar un Dios misericordioso y todo el edificio de la justificación, pues se hacía inútil la salvación de Cristo a través de su muerte en la cruz. ··· Ver noticia ···
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