Conocí a Andrés Torres Queiruga hace ya muchos años en un curso en Santiago de Compostela. Aún estábamos en plena dictadura franquista y había que tener especial cuidado con lo que decías, incluso en conferencias cerradas, por miedo a las reacciones del régimen franquista. Eran tiempos del postconcilio y gran parte de la Jerarquía estaba mucho más en coherencia con el Evangelio y las conclusiones del Concilio.
Lo del franquismo pasó. Pero ahora tenemos que tener miedo a los de casa. Es lo más triste y lamentable. Ahora estamos en plena dictadura del régimen jerárquico de la iglesia oficial. No les preocupa para nada Jesucristo ni su Evangelio. Solo les preocupa mantener su estructura eclesiástica y como se ven en peligro reaccionan a la defensiva, pero acaban con la Iglesia Pueblo de Dios. Hay mucha indecencia, que lamentamos al máximo, en los políticos de nuestro país, pero vosotros no les vais a la zaga.
Decís que sus escritos teológicos «no se compadecen con lo que afirma la doctrina de la Iglesia» y, además, «siembran inquietud entre los fieles».
Vosotros sí que sembráis inquietud, no solo entre los fieles, sino ante el mismo Jesucristo porque cada día os alejáis más de su Evangelio y del pueblo creyente al que estáis escandalizando a todas horas, un pueblo sediento de una palabra iluminadora, como la de Andrés o Pagola, que busca fuentes de agua viva, y vosotros estáis cegando esas fuentes. Queréis llenarlas de tierra, pero no lo vais a conseguir porque el agua buscará otra salida.
Pienso que hay que aplicaros aquello de «Cuanto peor mejor», a ver si así os acabáis de una vez y volvemos a empezar desde la raíz.
A ver si el recuerdo y la celebración, estos días, de la Pascua de Jesús os hace reflexionar y, como pastores que os decís, volver al redil de Jesús, o por lo menos dejar a los buenos pastores cuidar del Pueblo de Dios. Os he dico lo que siento, pero siento mucho tener que deciroslo.
Un abrazo fraternal.-Faustino
