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El «cura vasco» fue un sacerdote católico,de la Arquidiócesis de Córdoba, Argentina, que formó parte del Grupo de Curas del Tercer Mundo y murió en Villa Angelelli, asentamiento precario de la misma ciudad. Toda su vida encarnó un fuerte compromiso con los mas pobres,la justicia social y la renovación de la Iglesia.
Se extrañan los liderazgos testimoniales, aquellos que parlotean poco y hacen mucho. La devaluación moral de las dirigencias, tanto políticas, sociales, religiosas, gremiales, económicas, que se pusieron en evidencia en la crisis del 4 de Diciembre del 2013, acuartelamiento más saqueos, nos deja impávidos, en la intemperie social.
Una iglesia cordobesa que se hace visible para sostener a un gobierno decadente, como fuera la presencia del obispo auxiliar Pedro Torres, interventor en la Cripta, es por demás elocuente.
El cura Vasco no dejó textos escritos, al menos que nosotros conozcamos, sólo un par de reportajes que obvio, no alcanzan a revelar toda su manera de sentir y pensar. Pero el Vasco nos dejó el texto de su vida. Sus gestos son un relato elocuente de cuánto vale la pena sostener la esperanza de los vulnerables y luchar aguerridos contra los prepotentes impiadosos del sistema.
Sus últimas fuerzas gastadas en Villa Angelelli, acompañando a los pobres, nos exime de mayores comentarios. Testimonio, evidencia, demostración de sus profundas convicciones siguen siendo una palabra profética cargada de horizontes.
Vivió la fe desde abajo, señalando por donde debiera caminar el pueblo de Dios. Vivió su militancia desde abajo, señalando por donde debiera caminar una sociedad toda.
Estos hombres no mueren, solo toman distancia de nosotros para ser más libres aún y dejarnos la convocatoria y el estimulo a vivir como vale la pena vivir. Un ser para los demás.
En tu memoria, Vasco, te recordamos, te celebramos, te hacemos presente.
Movimiento Cura Vasco, Enero 2014
Mes aniversario de su partida