Carmen e Ildefonso, un matrimonio isleño, llevan desde 1975 viviendo en la portería del convento de las Capuchinas en San Fernando. Tras la marcha de las religiosas, la autoridades eclesiásticas, vía burofax, les instan a abandonar su residencia
?Mi trabajo consistía en hacerlo todo?. Carmen Guerrero comenzó a trabajar en el año 1975 para las monjas de clausura del convento de las Capuchinas de San Fernando, ?a cambio de la vivienda, la luz y el agua?? de la portería adjunta al templo religioso. Su trabajo consistía en ?abrir la iglesia, cerrarla, hacer la compra, acompañar a las monjas al médico, poner la comida para el sacerdote cuando venía????. Las religiosas no salían del convento y Carmen estaba autorizada para ir al banco a pagar sus cuotas, pero ella no estaba dada de alta en la Seguridad Social, ?me decían que no podía ser, con lo que tenía ya estaba bien??.··· Ver noticia ···
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