El presidente del Gobierno transmite al representante del Vaticano su descontento por las declaraciones que hicieron los obispos en una marcha por la familia
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha llegado esta noche puntualmente a la cita con el nuncio apostólico en España, monseñor Manuel Monteiro de Castro, con la intención de hablar «con franqueza» y «buen ánimo», según ha informado una portavoz de Moncloa.
El jefe del Ejecutivo tiene previsto reclamar a Monteiro de Castro el respeto de la jerarquía eclesiástica al Estado, tras los desencuentros surgidos, especialmente en el último mes y medio, informa Luis Aizpeolea.
Con su visita a la sede de la Nunciatura, Zapatero persigue reforzar la relación con el Vaticano, con el restablecimiento del respeto mutuo que se deben dos Estados. En ese contexto, Zapatero aprovechará la cita para lamentar las «injerencias» de la Conferencia Episcopal Española en la soberanía de la política del Gobierno de España.
El presidente trasladará, según ha anunciado, su malestar por las declaraciones de algunos cardenales españoles durante la concentración en favor de la familia del pasado 30 de diciembre. Zapatero ha considerado en reiteradas ocasiones «inaceptable» que algunos cardenales digan que las leyes del Gobierno «hacen retroceder los derechos humanos» y «disuelven la democracia».
El jefe del Ejecutivo también transmitirá al nuncio su malestar por la nota que hizo pública la Conferencia Episcopal con motivo de las elecciones del 9-M. Zapatero asegura sentirse «dolido» por esa nota que, ha dicho, hace referencia «a la legitimidad o no legitimidad del diálogo para acabar con el terrorismo», yendo más allá de lo que había hecho en otros comicios cundo «se limitó a condenar el terrorismo». «Espero que algún día lo puedan explicar», aseguró el presidente sobre esta actitud de los obispos.
Pese a los desencuentros, Zapatero ha insistido en que no desea revisar los acuerdos del Estado español con la Santa Sede «por lealtad a la Constitución» que habla de una «relación especial» con la Iglesia Católica pero no ha descartado que «se puedan dar nuevos pasos de revisión» pero «con diálogo y tranquilidad».
Algo más que «un caldito»
El nuncio y el presidente han cenado solos en una habitación alrededor de una mesa pequeña.Manuel Monteiro ha saludado al presidente al pie de la escalinata de la Nunciatura. Ambos han posado sonrientes para los informadores gráficos durante unos breves instantes, antes de entrar en el edificio.
El esperado ‘caldito’ ha sido finalmente una copiosa cena. Han comenzado degustando una «delicia de calabacín y alcachofas sobre salsa de albahaca», han continuado con un «lomo de merluza estofado a la vainilla» y han terminado con una «tabla de quesos y una mousse de lima con gelatina de té de jazmín», todo ello regado con vinos Ribera de Duero y Albariño y champagne, han informados fuentes gubernamentales.
Repercusión en la prensa internacional
La cita para el «caldito» ha traspaso las fronteras y ha llegado a la prensa internacional. El Herald Tribune y The Times llevan este asunto a sus portadas. Precisamente en The Times su titular alude a la intromisión de las altas esferas eclesiástica en la política: «El Vaticano dijo a los obispos que dejaran de ‘entrometerse’ en las elecciones españolas».
Los constantes encuentros y desencuentros entre el Gobierno de Zapatero y la Iglesia, a lo largo de esta legislatura, han llegado en los últimos meses a las páginas de la prensa extranjera.