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Como si se pretendiera consolidar un axioma se repite con frecuencia: ?El poder corrompe??. Con facilidad se habla de la corrupción de ?los otros?? y se olvida la historia de los que han sufrido por causa de los que tenían hambre de poder. Algunos creyeron en el poder como un dios, y pisotearon a los demás. Pero no todo es así. Cada persona plantea su existencia bajo una moral determinada y enfoca sus aspiraciones y proyectos por caminos diferentes.
Admiro y creo en Jesús de Nazaret. Trabajó duro como obrero. Su vida entera y sus palabras son un mensaje liberador. Me lo imagino apacible, sonriente y alegre. Su alegría tiene sentido profundo??No creo que fuera tan serio como lo reflejan algunos cuadros, imágenes y estatuas. La gente le escuchaba, le quería, aunque como ahora, había quiénes tenían miedo a comprometerse.
Jesús decidió que tenía que hablar y exponer su mensaje y su misión. Después de ayudar cuarenta días y cuarenta noches sintió hambre y surgieron las tentaciones del poder: ?Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan??. Le respondió Jesús: ?No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios??. Después, poniéndole sobre el pináculo del templo le dijo:?? Si eres el Hijo de Dios échate de aquí pues escrito está: ?A sus ángeles encargará que te tomen en sus manos para que no tropiece tu pie contra una piedra??. Le dijo Jesús: ?También está escrito: ?No tentarás al Señor, tu Dios??. De nuevo le tentó, llevándole a un monte muy alto y mostrándole todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, le dijo: ?Todo esto te daré si te postras y me adoras??. Jesús le respondió: ?Apártate, Satanás, porque escrito está: ?Al Señor, tu Dios, adorarás y a ?l sólo darás culto??.
Actualmente hay quienes caen en las garras del poder; un poder que, en muchos casos, es fraudulento porque proporciona dinero fácil a repartir entre pocos. Los casos de corrupción abundan y los ocultos deberían salir a la luz, hasta que se devuelva lo robado. Jesús, convertido en Cristo, intentó integrar el diálogo en la sociedad. Su mensaje significa liberación del peso que aprisiona. Vivió con los oprimidos y luchó contra los opresores. Habló de un nuevo concepto: responsabilidad para con la vida y un compromiso de servicio ante nuestros semejantes. Se inauguró una nueva era. Pero la historia siguió su camino y Jesús fue mitificado, idolatrado hasta tal punto que el poder siguió aplastando, torturando y asesinando.
Y llegó el siglo XV, y se descubrió América y se le entregó a los reyes de turno, valorándose más las cosas que las personas y sus culturas. Y llegó el siglo XIX, y unos pocos decidieron, en nombre de la raza humana, que el ?Progreso?? era el nuevo ?dios??. Y llegó el siglo XX, y al ?dios Progreso?? parece que le entraron remordimientos pasajeros. Y ha llegado el siglo XXI, cargado de grandes y pequeñas bolsas de corrupción. Y algunos, grandes ladrones, ahora han descubierto que tenían ?Padres??, a quiénes poder agradecer, sus fraudulentas herencias y seguir robando y engañando.