Vivir de un trabajo civil y anunciar gratis el evangelio es un signo evangélico -- Rufo González

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Domingo 33º TO C 2ª Lect. (17.11.2019): los sacerdotes obreros imitan a S. Pablo
?Trabajo de cura… media hora y con vino…?? es un imaginario real en muchos casos
Comentario: ?si alguno no quiere trabajar, que no coma?? (2Tes 3,7-12)
En la lectura de hoy se constata la verdad sospechada de que la espera de la venida del Señor había desvalorizado el trabajo, hasta el punto de vivir sin trabajar: ?habían perdido fácilmente la cabeza, y se habían alarmado por alguna revelación, por un rumor, por una supuesta carta nuestra, como si el día del Señor estuviera encima ?? (2Tes 2,2). Se recuerda el ejemplo de Pablo, Silvano y Timoteo: ?Ya sabéis vosotros cómo tenéis que imitar nuestro ejemplo: No vivimos entre vosotros sin trabajar, no comimos de balde el pan de nadie, sino que con cansancio y fatiga, día y noche, trabajamos a fin de no ser una carga para ninguno de vosotros?? (2Tes 3, 7-8).

El equipo misionero trabaja para sostenerse y realizar gratis la evangelización

Como hoy hacen algunos presbíteros que viven de un trabajo civil, los diáconos, los catequistas, monitores juveniles, matrimonios, gente de Cáritas… El clericalismo reinante ha impuesto el ejemplo contrario: no quiere que los clérigos tengan trabajo civil; así sólo podrán vivir del trabajo eclesial, en dependencia de los dirigentes de la Iglesia. Así respetarán más y mejor sus leyes, sobre todo la del celibato exigido para ejercer el ministerio. Pablo alude a su ?imitación?? también en la carta a los Filipenses: ?sed imitadores míos, y fijaos en los que andan según el modelo que tenéis en nosotros. Porque,…, hay muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo?? (Flp 3,17-18). La cruz de Cristo es la cruz del Amor. Es en el amor real, donde los fieles de Tesalónica ?siguieron nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la Palabra en medio de gran tribulación, con la alegría de Espíritu Santo. Así llegaron a ser modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya?? (1Tes 1,6-7).

Vivir de un trabajo civil y anunciar gratis el evangelio es un signo evangélico

Siempre es noticia de Amor esto: ?No porque no tuviéramos derecho (libertad), sino para daros en nosotros un modelo que imitar. Además, cuando estábamos entre vosotros, os mandábamos que si alguno no quiere trabajar, que no coma. Porque nos hemos enterado de que algunos viven desordenadamente, sin trabajar, antes bien metiéndose en todo. A esos les mandamos y exhortamos, por el Señor Jesucristo, que trabajen con sosiego para comer su propio pan?? (2Tes 3, 9-12). La mentalidad popular viene criticando a los clérigos que se limitan a celebrar la misa y estar a la espera de ser llamados para algún servicio pastoral. ?Trabajo de cura… media hora y con vino…?? es imaginario realizado en muchos casos. La fama de vago y parásito del clero está asentada en la mente del pueblo y en la literatura. Un reciente artículo de Jorge González Guadalix, titulado ?Fray Gorrón??, denuncia en una web conservadora y clerical, cómo viven algunos el voto de pobreza evangélica, en:

http://infocatolica.com/blog/cura.php/1307071104-fray-gorron#more20811. Liberar del trabajo civil sólo debía hacerlo la comunidad parroquial cuando lo crea necesario. El trabajo es una ocasión privilegiada para demostrar el amor pastoral.

Oración: ?si alguno no quiere trabajar, que no coma?? (2Tes 3,7-12)

Jesús, trabajador manual la mayor parte de tu vida;

en el taller familiar, comías el pan de tu esfuerzo;

más tarde, predicas el evangelio y curas enfermos;

la gente, agradecida, te ayuda a vivir en grupo;

tienes bolsa común, y ayudas a otros más pobres.

Los últimos años anuncias el Amor del Padre, Reino de Dios:

reino que supone el deber de trabajar para vivir;

tú trabajas de médico y educador popular;

como el labrador, los pastores, los que trabajan la viña;

administradores, jueces, recaudadores, negociantes;

mujeres que amasan la harina, obreros por cuenta ajena…

Este supuesto resalta claramente hoy en la segunda lectura:

?vosotros sabéis cómo tenéis que imitar nuestro ejemplo:

no vivimos entre vosotros sin trabajar,

no comimos de balde el pan de nadie,

sino que con cansancio y fatiga, día y noche,

trabajamos a fin de no ser una carga para ninguno de vosotros.

No porque no tuviéramos derecho (libertad),

sino para daros en nosotros un modelo que imitar.

Cuando estábamos entre vosotros, os mandábamos que,

si alguno no quiere trabajar, no coma?? (vv. 7-12).

El ejemplo de Pablo y compañeros sigue vigente:

en sacerdotes obreros, institutos seculares y religiosos…;

en militantes de la Juventud Obrera Cristiana, Hermandades del Trabajo…;

en catequistas, monitores juveniles, matrimonios, gente de Cáritas, etc.

Ellos viven de su trabajo, comparten la vida con la gente;

ofrecen gratis tu tiempo libre para cuidar la comunidad cristiana.

En esta situación brillan los sacerdotes obreros:

fortalecidos con tu Espíritu, comparten la dureza de la vida laboral;

viven la pobreza y el anonimato de sus vidas, ?como uno de tantos??;

sufren la desconfianza de la jerarquía eclesial y la sociedad;

asumen el riesgo y la incertidumbre, el paro y los bajos salarios…

Son ?unos de tantos??, como Tú, Jesús, durante tu vida;

no sirven a la sociedad desde las parroquias, colegios propios??;

están en la sociedad sin signo alguno institucional;

viven con la gente, tienen sus mismos problemas y riesgos;

no tienen sus espaldas cubiertas por la institución clerical;

tienen tu mismo corazón, e intentan comunicarlo desde la vida misma.

La cúpula eclesial intenta impedir esta vida a los sacerdotes:

separados de los fieles por el trabajo, la soltería y la vestimenta;

el celibato impuesto lo compensan con dominio y prestigio clerical;

revestidos de jerarquía, dominio y boato llamativo, suntuoso;

obedientes a otra jerarquía más alta, más alejada de la gente;

no quieren que se ganen la vida mediante un trabajo civil;

serán así más obedientes, más sujetos por el estómago;

su vida material sólo está asegurada por la institución.

Creo, Señor, más evangélico imitar al equipo de Pablo:

que tu Espíritu nos ayude a todos a elegir el mejor camino;

camino siempre de trabajo honesto, real, como los demás,

aunque sea directamente al servicio de la comunidad;

conforme a la vocación personal y el servicio real a la vida.

Que tu Espíritu encienda tu libertad y pasión por el Reino:

nos haga creativos para vivir sinceramente en tu Amor;

despierte en todos el trabajo por un mundo mejor