Vidas arrancadas: la comunidad cristiana protesta la construcción del Muro en Cremisán

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Amigas y amigos:
Hace unos días les hice llegar -entre otras- la noticia de que las autoridades israelíes decidieron reanudar la construcción del Muro en las tierras del valle de Cremisán (una zona bellísima pero también estratégica, porque está entre Jerusalén y Belén). La medida afecta a dos monasterios y un colegio católico, y a 58 familias cristianas, que perderán sus tierras y quedarán separadas de uno u otro lado del Muro.

Esta semana pasada comenzaron los trabajos de remoción de tierra y olivos, y las comunidades y familias cristianas afectadas han reaccionado protestando y orando en las tierras violadas. He recogido relatos y muchas imágenes (fotoso y videos cortos) de los hechos en esta entrada de mi blog:
https://mariaenpalestina.wordpress.com/2015/08/25/vidas-arrancadas-la-comunidad-cristiana-protesta-la-construccion-del-muro-en-cremisan/

Quizás esta noticia no es de las más graves ante los horrores que están ocurriendo en Medio Oriente y que repercuten en las costas de Europa, en la mayor crisis de migración humana y desesperada en varias décadas… una realidad que nos abruma, nos interpela y avergüenza profundamente… Pero es bueno recordar que la implantación de Israel en las condiciones en que se hizo, y el régimen de ocupación militar, colonial y de apartheid que impera allí con total impunidad -y aquiescencia de la comunidad internacional- desde hace casi 7 décadas, ha sido y es uno de los mayores factores de inestabilidad y violencia en la región. Y el pueblo palestino, dentro y fuera de su territorio ocupado, lleva demasiado tiempo pagando un precio muy alto por esa injusticia europea de la cual no es responsable.

El Muro en Cremisán es sólo un símbolo, pero gráfico y poderoso, de esta infamia. Por eso, difundir y hacer entender en Occidente la particular situación que viven las y los cristianos bajo el régimen sionista es fundamental para contrarrestar la falsa narrativa israelí y generar la necesaria empatía y solidaridad de nuestras comunidades, redes y espacios.

Por eso les pido y les agradezco darle toda la difusión posible.

Un saludo fraterno,

María