El Movimiento Internacional Somos Iglesia espera que el Papa Benedicto, si realmente quiere ser buen pastor para su rebaño, vaya con ojos abiertos, oídos atentos y corazón abierto a Aparecida, donde inaugurará la Conferencia General de Obispos de Latino América (CELAM) el domingo.
Su viaje a Brasil ? aún el país con más población católica del mundo ? será una garantía para el futuro del Catolicismo en ese continente, el hogar de casi la mitad de los mil millones de católicos que hay en el mundo. Es también una prueba para las habilidades pastorales de este eurocéntrico profesor de teología. ¿Podrá reconocer humildemente los ?signos de los tiempos?? y ?los signos de esos lugares???
1.En línea con su primera encíclica, ?Deus Caritas est??, él podría y debería animar a los cristianos a comprometerse en la justicia social y en la paz verdadera. América Latina es un continente polarizado, profundamente afectado por el Capitalismo y el Neo ? liberalismo, que tienen efectos muy negativos en la vida de los pobres.
2.Podría y debería unificar la cuestión de la fe con la justicia social, como hizo durante su vida académica con la cuestión de la fe y la razón. La unión entre evangelización y liberación, entre la fe y la vida, forma parte de la tradición de la Iglesia de América Latina y el Caribe.
3.Ante la situación de enorme desigualdad entre ricos y pobres en América Latina, el Papa podría y debería animar a los obispos en Aparecida a llevar a la práctica el mensaje de los importantes encuentros anteriores de Medellín (1968) y Puebla (1979). Debe mostrar el camino para hacer realidad la frase del Papa Juan XXIII ? La Iglesia es de todos, pero especialmente es de los pobres.??
4.Podría y debería reconciliarse con la teología de la liberación, enriquecida ahora con dimensiones teológicas más contemporáneas (feminista, ecologista, negra,…). La teología de la liberación está reconocida como un ingrediente principal en el desarrollo de los movimientos y comunidades de base durante las últimas décadas.
5.Podría y debería establecer una comisión para trabajar sobre las razones históricas que dieron lugar a la teología de la liberación. La comisión podría llevar el nombre de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, ya declarado santo por el pueblo latinoamericano a favor del reconocimiento oficial.
6.Podría y debería mostrar agradecimento y reconocimiento a todos los hombres y mujeres laicos de las Comunidades Eclesiales de Base (CEBS) que han transmitido la fe en tiempos de prueba y han mantenido vivas las comunidades en las parroquias en momentos de gran escasez de presbíteros.
7.Podría y debería animar al desarrollo de una nueva espiritualidad integradora, para la preservación de la Naturaleza y de la vida humana, para hacer posible la vida de las generaciones futuras en un continente especialmente afectado por el cambio global.
8.Podría y debería admitir la diversidad que existe dentro de la Iglesia Católica Romana y animar a los hombres y mujeres de América Latina a ejercer un papel de pleno derecho en la expresión de su fe.
9.Podría y debería insistir en la importancia de las enseñanzas del Concilio Vaticano II que favorecen que la Iglesia sea la comunidad del Pueblo de Dios. Esta comunidad debe estar abierta al diálogo ecuménico e inter ? religioso con las personas de otras creencias.
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