Ningún historiador ha podido demostrar si el Libertador, en su agonía, habría dicho, dictado o escrito la frase He arado en el mar y sembrado en el viento.
Poco antes de morir, Bolívar despachó cinco cartas a los generales Rafael Urdaneta (dos), otra al general Justo Briceño, una más a su amigo Estanislao Vergara, y la primera dirigida al general Juan José Flores (fechada en Barranquilla, el 9 de noviembre de 1830). Y fue en la última, donde el Libertador usa la expresión de marras, aunque con tono distinto al vulgarizado por sus enemigos y algunos escritores genialmente mentirosos. ··· Ver noticia ···
Inicio Revista de prensa América Latina Venezuela y los perros falderos de Washington -- José Steinsleger
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