«¡Qué vuelva Gabriel!» Esto es lo que se escucha hoy de los vecinos de Albuñol en la Plaza de Alonso Cano de la capital granadina. Unos 300 vecinos han venido hasta Granada para protestar por el traslado de Gabriel Castilla, el párroco que lleva tan sólo dos años en el pueblo pero ha logrado capturar los corazones de los albuñolenses.
Desde las 11 de la mañana están protestando con pitos y pancartas delante de la sede del Arzobispado con la intención de que la Diócesis les diga por qué han trasladado a su párroco. Entre gritos, familias, mayores y chavales piden que se les escuche y que regrese Gabriel a la localidad.
Una portavoz de la comisión de apoyo al párroco ha logrado que la dejen entrar a la sede del Arzobispado de Granada para entregar un manifiesto del pueblo. La mujer no ha sido atendida ya que le han dicho que el arzobispo está fuera. Ha podido dejar su carta de manifiesto, una que también han mandado a Sevilla.
Dejan claro que Gabriel daba «misas con alegría y frescura» y ha logrado atraer a numerosos vecinos del pueblo a la iglesia que antes no iban a misa. «Albuñol se siente triste y vacío» desde que se marchó el joven sacerdote, dice el manifiesto de los vecinos.
Tras haber solicitado un permiso para manifestarse en la Plaza de Gracia, en frente de La Curia de Granada, los vecinos se han trasladado esta mañana a la Plaza de Alonso Cano al no haber nadie en La Curia. La Policía Local no les ha impedido la manifestación mientras que no corten el tráfico.