El tema del Vaticano II ha suscitado muchas intervenciones, imposibles de resumir. Muchas de ellas, casi todas, evocan temas de de gran importancia histórica y de mucha actualidad religiosa. Entre ellos está el tema de los pobres que ha ido apareciendo en uno y otro lado y que ahora quiero desarrollar, hablando de un posible Concilio de Pobres, es decir, de los pobres en la iglesia. En esa línea quiero ofrecer un breve dodecálogo orientador, siguiendo el tema de mi libro Sistema, libertad, iglesia. Las instituciones del Nuevo Testamento (Trotta, Madrid 2001).
1.Pobres y justicia. En el Antiguo Testamento, el tema de los pobres está vinculado a la justicia de Dios, que protege a huérfanos, viudas y extranjeros, a todos los que en este mundo no tienen posibilidad de triunfar por sí mismo.
2.Evangelizar a los pobres. Jesús ha definido de manera muy clara su objetivo: ha venido a evangelizar (es decir, a ofrecer la buena noticia de la vida y del Reino de Dios) a los pobres (Lc 4, 18-19; Mt 11, 5).
3.Bienaventurados los pobres. En el centro del mensaje de Jesús está el ofrecimiento de la Bienaventuranza de Dios a los pobres (Lc 6, 20), a los que en otro contexto se presenta como pobres de espíritu (Mt, 5, 3).
4.Jesús, como mesías de Dios, se identifica con los pobres, a quienes toma como expresión y contenido de su Reino, es decir, como revelación y presencia de Dios. Esos pobres son los hambrientos, sedientos, desnudos, extranjeros, enfermos y encarcelados (como signo de todos los necesitados del mundo: Mt 25, 31-46).
5.Los pobres y los que ayudan a los pobres. Conforme al mismo texto anterior (Mt 25, 31-46), los privilegiados de Dios no sólo los pobres como tales, sino aquellos que ayudan a los pobres (dan de comer, de beber, visten, acogen, cuidan??). Eso significa que puede y debe crearse comunión entre pobres y aquellos que ayudan a los pobres.
6.Los pobres os evangelizan?? Unos y otros, pobres y aquellos que ayudan a los pobres (porque tienen casa, pan, libertad??) pueden formar y forman una iglesia, donde lo que importa es la fraternidad, es decir, el amor mutuo: amor al enemigo y al cercano, amor que crea comunión.
7.Los ricos, en cuanto ricos, dan casa (casa y comida material), los pobres dan curación?? Conforme a la visión los mandatos misioneros más antiguos (Mc 3 y 6; Mt 10??), Jesús envía a sus discípulos sin nada (sin alforja ni dinero, como pobres). Les dice que vayan a las casas y que ofrezcan palabra y curación. Los ricos pueden dar casa y comida; los pobres pueden ofrecer saluda y esperanzas. Unos y otros, unidos, forman la iglesia.
8.La iglesia primitiva de Jerusalén se llama ?iglesia de los pobres??, conforme al testimonio del libro de los Hechos. Lo mismo aparece en los textos de Pablo: la iglesia es comunidad que no está fundada en los ricos y fuertes, sino experiencia de comunión, donde todos, unos y otros, pueden vincularse en amor y solidaridad, una iglesia que no está centrada en los ricos y poderosos, sino en los pobres que aman.
9.La iglesia posterior ha corrido (y corre el riesgo) de convertirse en iglesia de ricos, en un plano de poder sacral e incluso de dinero. Ella ha corrido el riesgo de hacerse iglesia de ricos al servicio de los pobres, ofreciendo una evangelización desde arriba: desde unas instituciones de poder sacral e incluso de dominio económico. Muchos dicen que ha tomado el poder para liberar y ayudar a los demás desde el poder: son los ricos y poderosos los que ayudan (a veces) a los pobres (pobres en dinero, en sabiduría, en prestigio etc).
10.Una iglesia que no toma el poder. La mayor aventura y desventura histórica del siglo XX ha sido que algunos han tomado el poder para ?ayudar?? desde allí a los demás: el comunismo ha optado por tomar el poder (el Estado) para trasformar desde allí a la población. Pero ha corrido el riesgo de volverse horrible dictadura. ¿Ha pasado algo así en la iglesia?
11.Una iglesia del amor, desde los pobres: queremos una iglesia donde pobres y no pobres vivan en comunión, donde nadie tome el poder para imponerse sobre los demás. Queremos una iglesia donde el valor fundamental sea el amor, vivido desde la pequeñez, sin que unos se impongan sobre otros?? sin jerarquías sagradas (la jerarquía es la visión del poder como algo sagrado). Conforme al evangelio, la expresión y signo de Dios no es la jerarquía sino los pobres (cf. Mt 25, 31-46).
12.Conclusión. Un concilio de los pobres. En la línea de todo lo anterior, hemos querido soñar y soñamos en la posibilidad de un Concilio donde la palabra clave la tengan los pobres. No queremos que se diga ?todo para los pobres, pero sin los pobres??, como algunos parecen decir (en el mejor de los casos). Queremos que se pueda decir: ?pobres del mundo, uníos??; uníos en amor, no para tomar el poder dominar sobre los demás, ni siquiera para ayudarles desde arriba, sino para compartir con todos el camino de la vida. (el tema seguirá, el seguro, con las aportaciones de los amigos del Blog)