Una nueva tragedia en las costas gaditanas -- Asociación pro Derechos Humanos de Andalucía

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Asociación pro Drechos Humanos de Andalucía

La APDHA organizó concentraciones en Algeciras (junto con Algeciras Acoge) y en Conil de la Frontera (junto a la Asociación Cardijn). Reproducimos el manifiesto leído por Amin Souissi en representación de la APDHA en Conil.
No hace un mes, teníamos que lamentarnos de la desaparición de más de 20 personas a cuatro millas de Tánger en dirección a Tarifa. Hoy tenemos que dolernos de una nueva tragedia, de la que aún no se conoce todos los datos. Hasta el momento han sido ocho los cadáveres encontrados, entre ellos menores y un número indeterminado de desaparecidos. Hace año y medio también las costas de la Janda fueron escenario dantesco de la pérdida de más vidas humanas.

Todos ellos han pasado a engrosar la fatídica estadística de personas sin nombre y sin rostro, apenas sin familia o conocidos, que pierden la vida intentando dar vida al sueño que los impulsó, muchos meses antes, a partir.
Ningún ministro se acercó a ver la tragedia de cerca. Ningún funeral de estado, ninguna condolencia pública. ¿Se habría producido la misma reacción si el naufragio lo hubiera padecido un yate de europeos? Y es que hay muertos de segunda. Muertos que no cuentan.
Por eso estamos hoy aquí. Para manifestar nuestra consternación y el dolor, para expresar su solidaridad con las víctimas de esta nueva tragedia que hemos vivido en nuestras costas. Apenas quedan palabras ya para expresar todo el horror que sentimos.
Pero la APDHA quiere, también, poner de manifiesto que esta nueva tragedia coincide -y no causalmente- con el inicio de la tramitación de una nueva reforma de la Ley de Extranjería. Una reforma que en realidad supone una nueva una nueva vuelta de tuerca represiva: un paso más en la política hiperrestrictiva, ineficaz y carente de sentido común, que provoca que en las costas de Cádiz llevemos 20 años recogiendo cadáveres.
España y Europa sólo saben abordar la realidad africana y una inmigración que hunde sus raíces en las graves desigualdades e injusticias de nuestro mundo, con políticas de contención y rechazo, imposibles de mantener porque no se pueden poner puertas alambradas al hambre.
A base de convertir a países terceros en gendarmes de las fronteras europeas, a base de condicionar cruelmente la ayuda al desarrollo, a base de políticas de encierro en descarnados Centros de Internamiento y de inversiones millonarias para el control de fronteras como con el SIVE. Un sistema que a la postre ni siquiera se ha mostrado capaz de detectar una barca de madera cargada de inmigrantes.
Queremos hacer un llamamiento a que no terminemos por aceptar esta situación como inevitable. Un llamamiento a no caer en la indiferencia y la falta de reacción social.
Es preciso que entre todos hagamos comprender a los gobernantes que tienen una buena parte de responsabilidad en estas muertes. Porque estas muertes son la consecuencia de unas políticas migratorias, siniestras y crueles, casi exclusivamente policiales que presumen de haber conseguido un descenso del número de pateras, obviando que ello sea a costa de un aumento de las pérdidas humanas, del sufrimiento de las personas en migración, y de enormes violaciones de los derechos humanos.
Por eso estamos aquí, para manifestar nuestro dolor y nuestra solidaridad con las víctimas y sus familias. Pero también para expresar nuestra indignación y nuestra denuncia, para exigir un giro radical en estas inhumanas políticas migratorias. Y para ello poner en marcha una gestión de flujos más flexible y solidaria, más abierta y generosa, no basada en razones utilitaristas sino de estricta justicia, única forma posible de intentar evitar que se sigan perdiendo vidas de criaturas cuyo único objetivo es buscar un futuro con dignidad.
Conil 1 de julio de 2009