Los inmigrantes musulmanes que viven en España son tolerantes y liberales, se sienten integrados en la sociedad, están a gusto en el país, practican un islam ‘abierto’, consideran inaceptable el uso de la violencia para difundir sus creencias y tienen una alta opinión de las instituciones españolas.
Estas son algunas reflexiones que se extraen del estudio ‘La comunidad musulmana en España’, hecho público en rueda de prensa por el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y por el director del informe, José Juan Toharia, y que ofrece una radiografía de este colectivo, su perfil sociológico, su integración social, sus valores básicos y la percepción que tienen de la realidad española.
El sondeo, elaborado por Metroscopia sobre una muestra de 1.500 encuestados, el 73 por ciento de ellos hombres y el 84 por ciento con permiso de residencia, concluye que la opinión de los musulmanes sobre cuestiones sociales, políticas o culturales no difiere de la que tiene la propia población española sobre los mismos temas.
Consciente de que en algunos casos se han dado respuestas ‘políticamente correctas’, Toharia precisó que, con todo, los datos son ‘tan explícitos’ que no cree que ese factor haya podido sesgar los resultados de la encuesta.
A tenor de las conclusiones, Pérez Rubalcaba aseguró que la comunidad de inmigrantes musulmanes que vive en España es tolerante, liberal y occidentalizada, y tiene prácticamente los mismos valores, actitudes y comportamientos en relación a los grandes temas sondeados que los españoles.
En este contexto, Toharia citó como ejemplo la ‘muy mala’ imagen que de Estados Unidos tienen tanto los españoles como los inmigrantes musulmanes, o la alta opinión que estos últimos tienen por instituciones como la Corona (a la que dan una puntuación de 7,2 sobre 10), la Policía (6), los jueces (6,2) o el Parlamento (6,5).
Según la encuesta, el 74 por ciento de los preguntados declara que vive ‘muy’ o ‘bastante’ a gusto en España, el 80 por ciento está adaptado a la vida cotidiana del país y a sus costumbres y el 83 por ciento no encuentra ningún obstáculo a la hora de practicar su religión.
Para el 85 por ciento de los preguntados, es ‘absolutamente inaceptable’ el uso de la violencia para defender o difundir creencias religiosas, mientras que hay un 5 por ciento que justifica el uso de estos métodos, una cifra que, según observó Rubalcaba, entra dentro de los parámetros habituales de cualquier sociedad.
Los entrevistados son más religiosos y practicantes que los españoles (80 por ciento frente al 50 por ciento), conciben un islam tolerante y rechazan que alguna de las tres religiones principales tenga prevalencia sobre las otras.
No obstante, hay un 40 por ciento que detecta cierta desconfianza entre la sociedad española hacia la religión musulmana y un 30 por ciento estima que existe más moralidad en los países islámicos que en los occidentales.
Consideran los musulmanes que las sociedades occidentales están más avanzadas científicamente (68 por ciento), tienen un nivel de vida más alto (72 por ciento), gozan de un alto grado de libertad y tolerancia (69 por ciento) y respetan más los derechos humanos (49 por ciento).
Otros datos apuntan a que el 78 por ciento cree que las mujeres tienen en España las mismas posibilidades que los hombres de participar en la actividad política y en los cargos públicos.
Toharia consideró que la encuesta ofrece datos ‘no idílicos, pero sí sorprendentemente llamativos’, positivos y ‘tranquilizadores’, porque evidencia que los musulmanes son una comunidad ‘prácticamente indistinguible’ de la española.