UNA DOCENA DE PELÍCULAS DE HOLLYWOOD CUESTIONA LA POLÍTICA B?LICA DE BUSH EN A?O ELECTORAL

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Webislam

En un país en el que el patriotismo está libre de sospecha, hasta el incorregible y liberal Hollywood supo participar de la propaganda para combatir al pérfido nazismo. El cine ama la épica y la épica ama la guerra. Pero la épica murió en Vietnam y desde entonces Hollywood ha aparcado los discursos complacientes con las causas del Pentágono. A finales de los setenta varias cintas cuestionaron lo ocurrido, pero fue en los ochenta cuando cristalizó un mea culpa tardío y avergonzado, ejercicio de redención de un país que ahogó en Oscar a quien criticara lo ocurrido en el Sudeste Asiático.

Anclados en el lugar común de que el mundo se acelera, era fácil convenir que la próxima guerra iba a tener una reacción diligente. A un año y poco de las elecciones presidenciales, a los republicanos les espera una marea de películas dispuestas a poner la lupa sobre los intersticios políticos y morales de la guerra al terror en Iraq y Afganistán.

El asunto no es políticamente baladí pues la Casa Blanca tiene la piel muy fina para las pullas de la ficción audiovisual. Expresó una protesta formal contra Martin Sheen, beligerante antibelicista, por «abusar» de su condición de presidente de la nación (en la serie El ala oeste de la Casa Blanca)al hacer campaña contra la guerra de Iraq. Suponía el poder que al pueblo le gustaba más el presidente de mentira que el de verdad. Lógico.

Más chocante puede ser ver a Tom Cruise – que tanto hizo por el Pentágono en Top Gun,de Tony Scott, y que buscó redención en la discutible Nacido el 4 de julio,de Oliver Stone- convertido en un senador belicoso en la nueva producción de Robert Redford, Lions for lambs,que la más progre de las estrellas dirige y protagoniza y cuyo estreno en España está previsto para el 9 de noviembre. Con generoso presupuesto y otros nombres de peso en su elenco, como Meryl Streep, que se reencuentra con Redford 22 años después de Memorias de África,de Sydney Pollack, la película presenta a un profesor, Stephen Malley, que hace proselitismo contra la invasión de Afganistán mientras el senador Jasper Irving hace lo posible por ganarse a la periodista Janine Roth para su causa.

La de Redford no será la primera detracción en asomar a la cartelera. Para septiembre está anunciado el estreno de la nueva película de Paul Haggis, guionista de Million dollar baby y del díptico bélico de Clint Eastwood (Banderas de nuestros padres y Cartas desde Iwo Jima)y director de Crash.In the valley of Elah contará con Tommy Lee Jones, Charlize Theron, Susan Sarandon (una de las más destacadas activistas anti-Bush), Jason Patrick y James Franco. Cuenta la historia real de un padre que investiga por qué su hijo desapareció y fue declarado desertor cuando debía volver a Iraq. Las pesquisas revelan que, en realidad, fue asesinado por otros soldados en una disputa política en un bar.

Volviendo a Redford – que ayer cumplió 70 años-, en el festival que creó y patrocina, Sundance, se estrenó Grace is gone,que llega a las salas en octubre y en la que John Cusack, otro santón del cine indie, interpreta a un hombre que debe explicar a sus dos hijos, durante un viaje, que su esposa ha muerto en la guerra de Iraq. James C. Strouse, director y guionista, logró el premio del público y otro al guión en Sundance. También en octubre se estrena lo nuevo de Gavin Hood, ganador del Oscar a la mejor película extranjera en el 2006 por Tsotsi.Titulada Rendition,cuenta con Meryl Streep, Reese Whiterspoon y Jake Gyllenhaal y narra cómo la paranoia sume a una familia norteamericana en una pesadilla por ser el marido, ingeniero químico nacido en Egipto, señalado como sospechoso de terrorismo.

En noviembre, Peter Berg, director de Very bad things,pondrá en pantalla La sombra del reino,que comparte guionista con Lions for lambs y narra la investigación de una pareja de agentes del FBI – no, esa pareja, no; aquí no hay extraterrestres-, Jaime Foxx y Jennifer Garner, de un ataque terrorista en Oriente Medio. Hasta Brian de Palma, que realizó en 1989 una deficiente cinta pacifista sobre Vietnam titulada Corazones de hierro,ha decidido poner su granito de arena. Su aportación se llama Redacted – se estrena en Navidad-, con los jóvenes Kel O´Neill y Ty Jones encabezando un reparto coral que cuenta las peripecias del ejército norteamericano en Mesopotamia a través de varias historias. Con el año nuevo – año electoral en el País de las Oportunidades- llegará Charlie´s Wilson war,dirigida por el veterano Mike Nichols, con Tom Hanks, Julia Roberts y Phillip Seymour Hoffman, que hurga en las amistades peligrosas del establishment estadounidense con el mundo árabe, en este caso Afganistán, en los años 80.

Y regresa al cine bélico Ryan Phillipe, protagonista de la citada Banderas de nuestros padres,en este caso a las órdenes de Kymberley Peirce, directora de Boys don´t cry,que estrena en marzo de 2008, con la campaña presidencial ya bien caliente, Stop-Loss,sobre un soldado con poca vocación, una historia conocida en el país que convirtió El rojo emblema del valor,de Stephen Crane, en la novela indispensable en la mesilla de todo adolescente.

La avalancha de interpretaciones críticas del sesgo neocon de la Casa Blanca no se detiene ahí. En febrero se estrenará The kite runner,del director de Monster´s ball,Marc Foster, que cuenta la historia de un inmigrante afgano que, tras muchos años en California, regresa a su país para ayudar a un viejo amigo.

Yel mismo Haggis, tras In the valley of Elah,trabaja en otro proyecto cuyo título provisional es Against all enemies,que podría estrenarse en el mismo 2008 y en el que Sean Penn será Richard Clarke, un ex alto cargo de la seguridad nacional que dejó a Bush para convertirse en uno de sus más desabridos críticos. Incluso Paul Greengrass, que acaba de colocar en cartel lo último del desmemoriado Bourne – que no es un filme precisamente complaciente con los servicios de inteligencia-, prepara con Matt Damon Imperial life in the Emerald City,adaptación de una novela de Rajiv Chandrasekaran. La cinta, que se estrenará en 2009, tratará, como apunta su título – alusivo a la ciudad Esmeralda de El Mago de Oz y a la llamada Zona Verde de Bagdad- sobre la vida en la capital iraquí tras la ocupación.

Los más acérrimos antibelicistas, sobre todo europeos, pensarán que Hollywood reacciona tarde, visto que aquí hace cuatro años teníamos a toda la tribu del cine en las calles y las teles con la pegatina pacifista y encabezando las concurridas movilizaciones contra la invasión de Iraq. Pero Hollywood cuenta con la ventaja de su vocación comercial y con que su impacto trasciende las fronteras de su país. A quince meses de las elecciones y sin conocer aún los nombres de los candidatos a la presidencia, Hollywood vota.