InicioRevista de prensaespiritualidadUNA DESPEDIDA INOLVIDABLE. José A. Pagola

UNA DESPEDIDA INOLVIDABLE. José A. Pagola

Publicado en

Eclesalia

Celebrar la eucaristía es revivir la última cena que Jesús celebró con sus discípulos y discípulas la víspera de su ejecución. Ninguna explicación teológica, ninguna ordenación litúrgica, ninguna devoción interesada nos ha de alejar de la intención original de Jesús. ¿Cómo diseño él aquella cena? ¿Qué es lo que quería dejar grabado para siempre en sus discípulos? ¿Por qué y para qué debían seguir reviviendo una vez y otra vez aquella despedida inolvidable?
Antes que nada, Jesús quería contagiarles su esperanza indestructible en el reino de Dios. Su muerte era inminente; aquella cena era la última. Pero un día se sentaría a la mesa con una copa en sus manos para beber juntos un «vino nuevo». Nada ni nadie podrá impedir ese banquete final del Padre con sus hijos e hijas. Celebrar la eucaristía es reavivar la esperanza: disfrutar desde ahora con esa fiesta que nos espera con Jesús junto al Padre.
Jesús quería, además, prepararlos para aquel duro golpe de su ejecución. No han de hundirse en la tristeza. La muerte no romperá la amistad que los une. La comunión no quedará rota. Celebrando aquella cena podrán alimentarse de su recuerdo, su presencia y su espíritu. Celebrar la eucaristía es alimentar nuestra adhesión a Jesús, vivir en contacto con él, seguir unidos.

Jesús quiso que los suyos nunca olvidaran lo que había sido su vida: una entrega total al proyecto de Dios. Se lo dijo mientras les distribuía un trozo de pan a cada uno: «Esto es mi cuerpo; recordadme así: entregándome por vosotros hasta el final para haceros llegar la bendición de Dios». Celebrar la eucaristía es comulgar con Jesús para vivir cada día de manera más entregada, trabajando por un mundo más humano.

Jesús quería que los suyos se sintieran una comunidad. A los discípulos les tuvo que sorprender lo que Jesús hizo al final de la cena. En vez de beber cada uno de su copa, como era costumbre, Jesús les invitó a todos a beber de una sola: ¡la suya! Todos compartirían la «copa de salvación» bendecida por él. En ella veía Jesús algo nuevo: «Ésta es la nueva alianza en mi sangre». Celebrar la eucaristía es alimentar el vínculo que nos une entre nosotros y con Jesús.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

El cuerpo y la sangre de Cristo (B)
Marcos 14, 12 – 16, 22 – 26

Últimos artículos

La Marea Blanca no se rinde en Madrid con miles de personas en la manifestación contra la gestión de Ayuso -- Fermín Grodira

Público Decenas de miles de personas han recorrido el centro de Madrid por una "sanidad...

Ángelus: Frente al “ya no hay nada que hacer” el Papa nos recuerda que no estamos solos -- Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano

Vatican News En el V Domingo de Cuaresma, el Papa Francisco invita a todos aquellos...

Lo que todos ocultan en la destrucción de la Sanidad Pública -- Coordinadora Antiprivatizacion de la Sanidad-Estatal

kaosenlared La Sanidad Pública hace aguas en todo el Estado, independientemente de quien gobierne. Desde...

Noticias similares

La Marea Blanca no se rinde en Madrid con miles de personas en la manifestación contra la gestión de Ayuso -- Fermín Grodira

Público Decenas de miles de personas han recorrido el centro de Madrid por una "sanidad...

Ángelus: Frente al “ya no hay nada que hacer” el Papa nos recuerda que no estamos solos -- Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano

Vatican News En el V Domingo de Cuaresma, el Papa Francisco invita a todos aquellos...

Lo que todos ocultan en la destrucción de la Sanidad Pública -- Coordinadora Antiprivatizacion de la Sanidad-Estatal

kaosenlared La Sanidad Pública hace aguas en todo el Estado, independientemente de quien gobierne. Desde...