La liturgia para celebrar la resurrección de Cristo se ha vuelto una celebración en la que casi no se nota la alegría por este acontecimiento que se acepta por la fe y se acompaña de luces, pregón pascual, toque de campanillas??y huevos de chocolate. Y, en realidad, poca alegría. Todo demasiado formal.
No se ve la explosión colosal del gozo al comprobar que la muerte no tiene la última palabra. ··· Ver noticia ···
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